23 de mayo 2019. El Papa Francisco alertó sobre “la
tentación del eficientismo” a los más de 500 miembros de la confederación de
Cáritas Internationalis reunidos en Roma para celebrar su XXI Asamblea General
con el tema “Una familia humana, una casa común”, inspirado en la encíclica
Laudato Si. La Misa de inauguración fue realizada en el altar de la Cátedra de
la Basílica de San Pedro y fue presidida por el Pontífice junto al presidente
de Cáritas Internationalis, Cardenal Luis Antonio Tagle, y numerosos obispos y
sacerdotes del mundo.
En su homilía, el Santo Padre reflexionó en el pasaje de la
lectura del día contenida en el libro de los Hechos de los Apóstoles en la que
destacó tres elementos esenciales de la Iglesia en camino: “La humildad de la escucha, el carisma del
estar juntos y la valentía de la renuncia”.
“El Evangelio es nuestro programa de vida. Allí está todo.
Nos enseña que las cuestiones no se enfrentan con la receta lista y que la fe
no es una ‘hoja de ruta’, la fe es un camino, un camino para recorrer juntos,
siempre juntos, con espíritu de confianza”, afirmó el Papa.
En esta línea, el Pontífice preguntó: “¿Por qué Jesús no
había dado reglas siempre claras y rápidamente resolutivas?”, y alertó sobre la
“tentación del eficientismo, del pensar que la Iglesia va bien si tiene todo bajo
control, si vive sin ‘sacudidas’, con la agenda siempre en orden, todo
regulado”. “Pero el Señor no procede así. De hecho, a los suyos desde el Cielo
no envía una respuesta, no responde, sino que manda el Espíritu Santo. Y el Espíritu no trae el orden del día,
sino que viene como fuego”, explicó. El Papa Francisco aseguró que “Jesús no quiere que la Iglesia sea un
modelo perfecto, que se complace con su propia organización y es capaz de
defender su buen nombre”. El Pontífice confió que “le hace sufrir” el ver
algunas iglesias particulares que se preocupan tanto en la organización, en
planear todo claro. “Pobres iglesias”, expresó.
Valentía de la renuncia
Por otro lado, el Santo Padre destacó la importancia de la
valentía de la renuncia para resaltar la necesidad de “dejar algo viejo”. “Los
primeros cristianos no abandonaron cosas de la nada: se trataban de tradiciones
y preceptos religiosos importantes, queridos al pueblo elegido. Estaba en juego
la identidad religiosa”. “Sin embargo, eligieron que el anuncio del Señor es lo
primero y vale más que todo. Por el bien de la misión, para anunciar a
cualquiera, de manera transparente y creíble, que Dios es amor, incluso también
aquellas creencias y tradiciones humanas que son más un obstáculo que una ayuda,
pueden y deben ser dejadas”, explicó.
En este sentido, el Papa Francisco dijo que “como Iglesia no
estamos llamados a compromisos empresariales, sino a impulsos evangélicos”, por
lo que pidió evitar “fingir el cambiar algo para que en realidad no cambie
nada”. “El Señor no quiere ajustes
cosméticos, quiere la conversión del corazón, que pasa a través de la
renuncia. Salir de uno mismo es la reforma fundamental”, aseguró el Papa. De
este modo, Francisco animó a tener la valentía de renunciar junto a la humildad
de la escucha que nace cuando “en lugar de hablar, se escucha, cuando se deja
de estar al centro”. “Es el camino del servicio humilde, aquel que recorrió
Jesús. Es en este camino de la caridad que el Espíritu desciende y orienta”.
Asimismo, el Papa recordó a los representantes de las
Cáritas que “en el mundo quien tiene más medios habla más, pero entre nosotros
no puede ser así, porque Dios ama revelarse a través de los pequeños y de los
humildes”. Indicó que Dios pide “no mirar a ninguno desde el alto al bajo”. “Solamente es lícito mirar a una persona del
alto al bajo para ayudarla a alzarse, es la única vez, de lo contrario no se
puede”, afirmó. Por último, el Papa animó a no tomar decisiones abstractas
frente a ideas, sino tomar en cuenta las experiencias de las personas. “La
Iglesia hace discernimiento así, no delante a la computadora, sino delante a la
realidad de las personas”, advirtió el Pontífice, quien destacó también la
importancia de caminar juntos y de que la Iglesia viva en unidad.
Por este motivo, el Santo Padre animó a permanecer en el amor. “Es lo que Jesús pide en el Evangelio. ¿Cómo
se hace? Es necesario estar cerca de Él”, indicó Francisco, que alentó a estar
cerca de la Eucaristía y de los “tabernáculos vivientes que son los pobres”. Pidamos
al Señor que nos libere del eficientismo, de la mundanidad, de las tentaciones
sutiles de dar culto a nosotros mismos…
de la excesiva organización. Pidamos la gracia de acoger el camino indicado de
la Palabra de Dios: humildad, comunión y renuncia”, concluyó. Fuente:
Aciprensa. Mercedes de la Torre.