25 de mayo 2019. El Papa Francisco ha difundido uno de sus
discursos más contundentes y detallados contra el aborto de su pontificado, al
recibir este sábado a entidades pro-vida que han participado en el congreso
internacional sobre la defensa de la vida humana. "¡Yes to Life!”, “¡Sí a
la vida!. Este encuentro lo ha organizado el dicasterio vaticano para la Vida y
la Fundación italiana El corazón en una gota (Il Cuore In Una goccia.com) que
desde 2015 trabaja con "el más débil y frágil de todos: el feto con grave
patología y malformación" y fomenta la atención perinatal al bebé enfermo
y a sus familias.
"El aborto nunca
es la respuesta que buscan las mujeres y las familias", proclama el
discurso del Papa. "Más bien, es el miedo a la enfermedad y la soledad lo
que hace que los padres duden. Las dificultades prácticas, humanas y
espirituales son innegables, pero precisamente por eso son urgentes y
necesarias acciones pastorales más incisivas para apoyar a los que reciben a
los niños enfermos.
Es necesario, es decir, crear espacios, lugares y
"redes de amor" a las que puedan acudir las parejas, así como dedicar
tiempo a acompañar a estas familias", ha exhortado el Pontífice.
El Pontífice ha alabado el ejemplo de la Fundación "El
corazón en una gota", "una de las realidades que en el mundo trabajan
cada día para acoger al nacer a niños en condiciones de extrema fragilidad.
Niños que, en algunos casos, la cultura
del desecho define como "incompatibles con la vida", ha
denunciado.
Todo niño es un regalo y necesita ser cuidado
En su discurso a los 300 participantes del Congreso
presentes en la Sala Clementina, el Papa insistió en que “todo niño que se anuncia en el vientre de una mujer es un regalo,
que cambia la historia de una familia: de un padre y una madre, de abuelos y
hermanos. Y este niño necesita ser bienvenido, amado y cuidado.
¡Siempre!".
El Papa recuerda la relación especial entre la madre y el
niño que lleva en su vientre y el “diálogo cruzado que se instaura entre
ellos”: "Una relación real e intensa entre dos seres humanos, que se
comunican entre sí desde los primeros momentos de la concepción para favorecer
la adaptación mutua, a medida que el niño crece y se desarrolla. Una capacidad
comunicativa – precisa el Santo Padre – que no es solo de la mujer sino sobre
todo del niño, que en su individualidad envía mensajes para revelar su
presencia y sus necesidades a la madre”.
Se refería con estas palabras a los hallazgos de la medicina
reciente acerca de los "mensajes" bioquímicos que intercambian el
feto y la embarazada para reconocerse y coordinarse biológicamente, ya que son
dos organismos distintos, con distinto tipo sanguíneo, distintas inmunidades,
distintos mecanismos de reacción. La medicina moderna hoy puede, por ejemplo,
encontrar células madre del bebé en el cuerpo de la madre muchos años después
de haberlo dado a luz.
Diagnóstico prenatal:
que no se use para desalentar y matar al bebé
El Papa habló también de los efectos del diagnóstico
prenatal en una cultura del descarte. "Hoy en día, las modernas técnicas
de diagnóstico prenatal son capaces de descubrir desde las primeras semanas la
presencia de malformaciones y patologías", sospechas que llevan a
"las mujeres y las parejas a una desaliento profundo". Pero nadie -
observa el Papa - "puede predecir el resultado cierto" de esa
patología "porque la evolución de cada enfermedad es siempre subjetiva y
ni siquiera los médicos saben a menudo cómo se manifestará en cada
individuo".
"Los niños, desde el vientre materno, si presentan
condiciones patológicas, son pequeños
pacientes, que a menudo pueden ser curados con intervenciones farmacológicas,
quirúrgicas y de asistenciales extraordinarias, capaces ahora de reducir la
terrible brecha entre las posibilidades diagnósticas y terapéuticas, que
durante años ha sido una de las causas del aborto voluntario y del abandono de
la atención al nacer de muchos niños con enfermedades graves", advirtió.
"Desafortunadamente, la cultura dominante de hoy no
promueve este enfoque: a nivel social, el miedo y la hostilidad hacia la
discapacidad a menudo conducen a la elección del aborto, configurándolo como
una práctica de ‘prevención'. Pero la enseñanza de la Iglesia sobre este punto
es clara: la vida humana es sagrada e
inviolable y el uso del diagnóstico prenatal con fines selectivos debe ser
fuertemente desalentado, porque es la expresión de una mentalidad eugenésica
inhumana, que priva a las familias de la posibilidad de acoger, abrazar y amar
a sus hijos más débiles", añadió.
Se puede ayudar con
terapias fetales y hospicios perinatales
Las terapias fetales, por un lado, y los Hospicios
Perinatales, por otro, logran resultados sorprendentes en términos de atención
clínica y proporcionan un apoyo esencial a las familias que reciben el
nacimiento de un niño enfermo. Estas posibilidades y conocimientos deben
ponerse a disposición de todos", mientras que "es esencial que los
médicos comprendan claramente no sólo el
objetivo de la curación, sino también el valor sagrado de la vida humana, cuya
protección sigue siendo el objetivo último de la práctica médica”.
El Papa señala que "el cuidado perinatal" es "un modo de cuidado que humaniza la
medicina, porque impulsa a una relación responsable con el niño enfermo,
que es acompañado por los operadores y su familia en un proceso de cuidado
integrado, que nunca lo abandona, haciéndolo sentir calor humano y amor".
Acoger a los bebés
que pronto morirán: cuidarlos engendra amor
"Todo esto es necesario especialmente para aquellos
niños que, en el estado actual de los conocimientos científicos, están
destinados a morir inmediatamente después del parto, o en un corto período de
tiempo. En estos casos, el tratamiento puede parecer un uso innecesario de
recursos y más sufrimiento para los padres. Pero una mirada atenta sabe captar
el verdadero sentido de este esfuerzo, destinado a hacer fructificar el amor de
una familia. De hecho, cuidar de estos
niños ayuda a los padres a elaborar el duelo y a concebirlo no sólo como
una pérdida, sino como una etapa de un viaje recorrido juntos. Ese niño
permanecerá en sus vidas para siempre. Y ellos habrán podido amarlo".
El Papa dio las gracias a las familias, a las madres y a los
padres que han acogido "la vida frágil" y que ahora son "de
apoyo y ayuda a otras familias". Es un "testimonio de amor" que
"es un don para el mundo", dijo. Fuente: Religión en libertad.