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de mayo 2019. Joseph (Joe) Hoover, un religioso jesuita (que no es sacerdote),
actor, escritor de teatro y articulista en la veterana revista "América"
(de los jesuitas de EEUU) ha publicado un artículo con el título:
"Queridos sacerdotes que improvisáis en misa: por favor, no lo
hagáis". Joe Hoover, como actor y autor de teatro, sabe lo que es
improvisar, pero sabe también que hay que respetar el texto, los ritmos, los
gestos, las repeticiones... y eso es lo que pide a los sacerdotes, con la
libertad de quien es religioso pero no es sacerdote.
Joseph Hoover sabe de teatro, declamación, poesía...
y pide a los sacerdotes que se limiten a seguir el misal
"Oh,
sacerdotes que improvisáis oraciones en misa, que hacéis monólogos para empezar
el espectáculo, que dais argumentaciones finales antes de la despedida, que
hacéis aclaraciones significativas entre el "Señor, ten piedad"...
oh, sacerdotes que sentís la necesidad de hacer la misa personal o interesante
o más espiritual de lo que parece en su superficie, que ponen el gesto de la
paz por sorpresa en otros momentos, o cambiáis cuándo hay que arrodillarse o
levantarse...", escribe el hermano Hoover.
"Confiad
en la energía que expresáis, en vuestra presencia, vuestro físico, vuestra
postura, que vuestra voz es suficientemente espiritual. Confiad en eso y
¡simplemente decid las palabras! ¡Haced los gestos! Eso basta", exhorta.
"Añadir
más palabras no hará 'mejor' la misa. Si pronuncias las palabras con claridad,
como están, si las dejas fluir a través de ti, la gente en los bancos las
escuchará como nunca antes. De hecho, la misa se hará interesante y personal y
nueva. No necesitas hacer nada más. No trata de ti", añade Hoover.
La misa es un ritual para experimentarlo, no una
transmisión de textos
El
sentido de la liturgia, con sus normas fijadas y repetitivas, explica, es
"ayudarte a rezar". Como en el teatro o el cine, no se trata tanto de
transmitir un texto, una serie de conceptos y palabras, como de hacer vivir una
experiencia al que acude al ritual.
"Conocer
las palabras fijas del guion da libertad al actor para ser espontáneo; conocer
las fórmulas fijas de la liturgia puede liberar a un sacerdote para tener
experiencia al momento", añade. Hoover admite algunos pequeños comentarios
si pasa algo: el monaguillo bosteza dramáticamente, un bebé llora en el momento
preciso... "Vale, responde, sé humano". También es posible hacer un
pequeño comentario al empezar la misa. En el funeral de un joven en un colegio,
rodeado de sus maestros y amigos, tiene sentido dirigir unas palabras al
inicio. Hoover tenía un maestro de novicios que en la misa diaria empezaba
siempre con un brevísimo comentario acerca del santo del día, y así aprendió
mucho. Pero él pide que una vez empiece la misa, fluya según el ritmo fijado en
la liturgia.
Los
sacerdotes nuevos, y los veteranos, han de saber que la liturgia tiene fuerza
suficiente: no hay que improvisar
Distinguir entre reverencia y rigidez
"La
feligresía sabe distinguir entre la reverencia y la rigidez, sabe si celebras
misa con sana piedad o si adoras a un fiero dios romano llamado rúbrica",
especifica el articulista. "Rigidez es tensión: si estás tenso, nosotros
los feligreses nos pondremos tensos. La misa, de repente, tratará acerca de
ti", explica.
Hoover
exhorta a evitar improvisaciones y añadidos también en las misas de niños,
"el templo mismo de las oraciones y gestos improvisados. También aquí
puedes seguir el texto, sólo el texto, y no parecerás distante ni
insensible".
A
todos nos gusta saber lo que viene a continuación
Alaba
a un sacerdote que conoce que en las misas de niños "reserva los
personalismos solo para la homilía. Para las oraciones de la misa, simplemente,
lee las oraciones. Rutina, estructura, lo de siempre. Eso es lo que los niños
quieren. Y ellos le seguían, participaban, podías verlo. Los niños se sientes
seguros siguiendo una estructura. Les gusta saber lo que va a venir. A la
mayoría de nosotros nos gusta".
"La
estructura no encadena a nadie, nos libera. De hecho, no puede haber libertad
donde no hay límites. ¡Liberaos, oh sacerdotes, de pensar que tenéis que
recrear lo que no necesita ser recreado! Dejad
que las palabras hagan su trabajo. Dejad que la liturgia actúe. Confiad que
vuestra presencia bastará: sois suficiente", concluye el artículo. Fuente:
Religión en libertad.
La
liturgia no es un «hágalo usted mismo»
Ni
puede reducirse a gustos y corrientes, dice Francisco
El
Papa Francisco se ha dirigido a Disciplina de los Sacramentos acerca de la
necesidad de acercar la liturgia al pueblo de Dios
El
Santo Padre recordó que la asamblea de este año tiene por tema “La formación
litúrgica del Pueblo de Dios”, tarea que consiste en "difundir en el
Pueblo de Dios el esplendor del misterio viviente del Señor, manifestado en la
liturgia”.
“Hablar
de formación litúrgica del Pueblo de Dios significa, ante todo, tomar conciencia del papel insustituible
que desempeña la liturgia en la Iglesia y para la Iglesia. Y luego, ayudar
concretamente al Pueblo de Dios a interiorizar mejor la oración de la Iglesia,
a amarla como una experiencia de encuentro con el Señor y con los hermanos y, a
la luz de esto, a redescubrir su contenido y observar sus ritos”, explicó el
Papa.
Cambiar el corazón, no sólo los libros litúrgicos
De
este modo, el Pontífice reconoció que “no basta con cambiar los libros
litúrgicos para mejorar la calidad de la liturgia. Hacer esto solamente sería
un engaño” sino que “para que la vida sea verdaderamente una alabanza agradable
Dios, es ciertamente necesario cambiar el corazón”. Por ello, el Santo Padre
destacó que “la conversión cristiana está orientada a esta conversión, que es
un encuentro de vida con el Dios de los vivientes”.
La
Sede Apostólica trabaja con los obispos y distintas culturas
“En
la comunión eclesial, tanto la Sede Apostólica como las conferencias de obispos
operan en un espíritu de cooperación, diálogo y sinodalidad. En efecto, la
Santa Sede no reemplaza a los obispos, sino que trabaja con ellos para servir,
en la riqueza de los diversos idiomas y culturas, la vocación orante de la
Iglesia en el mundo”, afirmó.
En
esta línea, el Papa explicó que con el Motu proprio “Magnum principium”,
promulgado el 3 de septiembre de 2017, quiso “favorecer, entre otras cosas, la
necesidad de una colaboración constante, llena de confianza mutua, vigilante y
creativa, entre las Conferencias Episcopales y el Dicasterio de la Sede
Apostólica que ejerce la tarea de promover la liturgia sagrada”.
Por
ello, el Santo Padre señaló que “el deseo es continuar por el camino de la
colaboración mutua, conscientes de las responsabilidades que implica la
comunión eclesial, en la que encuentran armonía la unidad y la variedad. Es una
cuestión de armonía”.
La liturgia es vida que forma, no idea para aprender
El
Papa Francisco también abordó el desafío de la formación y dijo que “no podemos
olvidar, ante todo, que la liturgia es vida que forma, no idea para aprender”.
Y advirtió que es bueno “en la liturgia como en otras áreas de la vida
eclesial, no acabar en polarizaciones ideológicas estériles, que nacen a menudo
cuando, considerando las ideas propias válidas en todos los contextos, se llega
a adoptar una actitud de dialéctica perenne hacia quien no las comparte”.
Por
lo tanto, el Pontífice reconoció que en ocasiones se corre “el riesgo de volver
a caer en un pasado que ya no existe o de escapar a un futuro presunto. El
punto de partida es, en cambio, reconocer la realidad de la liturgia sagrada,
un tesoro viviente que no puede reducirse a gustos, recetas y corrientes, sino
que debe ser recibido con docilidad y promovido con amor, como un alimento
insustituible para el crecimiento orgánico del Pueblo de Dios”.
“La
liturgia no es ‘el campo del hágalo usted mismo’, sino la epifanía de la comunión eclesial”, aseguró el Papa. “Por lo
tanto, en las oraciones y en los gestos resuena el ‘nosotros’ y no el ‘yo’; la
comunidad real, no el sujeto ideal. Cuando se añoran con nostalgia tendencias
del pasado o se quieren imponer otras nuevas, existe el riesgo de anteponer la
parte al todo, el ‘yo’ al Pueblo de Dios, lo abstracto a lo concreto, la ideología
a la comunión y, en la raíz, lo mundano a lo espiritual”, precisó.
La liturgia tiene función formativa: introducir a
pastores y laicos
De
este modo, el Papa explicó que “dado que la liturgia es una experiencia
encaminada a la conversión de la vida a través de la asimilación de la manera
de pensar y de comportarse del Señor, la formación litúrgica no puede limitarse
simplemente a brindar conocimientos,- esto es un error- aunque sean necesarios,
sobre libros litúrgicos, ni siquiera a la defensa del cumplimiento debido de
las disciplinas rituales”, advirtió.
“Para
que la liturgia cumpla su función formativa y transformadora, es necesario que
los pastores y los laicos sean introducidos a la comprensión del significado y
del lenguaje simbólico, comprendidos el arte, el canto y la música al servicio
del misterio celebrado, también el silencio”.
Formación permanente para clero y laicos
Con
respecto a las etapas de la formación, el Papa Francisco recordó que “es
necesario cultivar la formación permanente del clero y de los laicos,
especialmente de aquellos involucrados en los ministerios al servicio de la
liturgia. La formación no solamente una vez, permanente”.
De
este modo, el Pontífice remarcó que “las responsabilidades educativas son
compartidas, aunque en la fase operativa interpelen más a las diócesis
individuales” y señaló que su reflexión ayudará al Dicasterio “a poner a punto
pautas y orientaciones para ofrecerlas, en un espíritu de servicio, a quienes
-conferencias episcopales, diócesis, institutos de formación, revistas- tienen
la responsabilidad de cuidar y acompañar la formación litúrgica del Pueblo de
Dios”.
Al
finalizar, el Santo Padre aseguró que “todos estamos llamados a profundizar y
reavivar nuestra formación litúrgica”, porque la liturgia es, de hecho, “el camino principal a través del cual pasa
la vida cristiana en cada fase de su crecimiento”. “Tienen ante ustedes,
por lo tanto, una gran y hermosa tarea: trabajar para que el Pueblo de Dios
redescubra la belleza de encontrarse con el Señor en la celebración de sus
misterios y, encontrándolo, tenga vida en su nombre”, concluyó. Fuente: religión en libertad.