21 de octubre 2019. ¿También el actual gobierno? Autor:
Padre, Mario García Isaza cm Formador Seminario Mayor, Arquidiócesis de Ibagué
(Colombia). Durante el nefasto gobierno
anterior, solapada pero innegablemente enemigo de todos los principios de la
moral cristiana y favorecedor de cuanto contra ellos pudiera hacerse, las altas
Cortes, el Parlamento y los organismos oficiales que tienen directa o indirectamente
que ver con la salud y la vida – Minsalud, Profamilia…- desarrollaron una
campaña salvaje para imponerle a Colombia, presentándolas como pasos de
progreso y modernidad, leyes que, al atentar contra el primero y fundamental
derecho de todo ser humano, son un atentado aleve contra la ley natural y
contra Dios. Tales las que tienen que ver con la legalización del aborto y con
la reglamentación de la eutanasia, unas y otras, déseles el nombre que con
hipócrita eufemismo se les dé, autorizaciones
para asesinar a los no nacidos o a los enfermos, débiles y ancianos. Cómo
olvidar el tortuoso empeño del ateo confeso que ocupó el Ministerio de salud, o
del avieso personaje que fungió como Fiscal general, o de la hoy tránsfuga que
fue ministra de educación…
Cuando el
Doctor Iván Duque presentó sus propuestas de gobierno, escribí un comentario
que llamé “Un programa que convence”, en el cual expresaba mi esperanza de que,
llegando él a la presidencia, estarían tutelados los principios y valores de la
doctrina y de la moral cristianas.
Hoy veo, estupefacto, que el
gobierno del Doctor Duque adelanta el propósito de un proyecto de ley
para reglamentar el aborto, dizque en obedecimiento a la sentencia 096/2018 de
la Corte Suprema, que le “ordena” al ejecutivo reglamentar lo establecido por
la sentencia 355/2006. Es la continuación del plan criminal de ese alto
organismo, el del cartel de las togas, empeñado en su labor de zapa contra todo
lo que huela a una antropología y una ética cristiana. Su sentencia 096, que
ahora quiere imponerle como un dogal al
ejecutivo, considera el aborto como “un derecho humano”; lo cual va en
contravía de todo lo reconocido por cuantos
tratados internacionales de Derechos humanos ha firmado Colombia, de la Convención Americana de
Derechos Humanos, que en su artículo 4 garantiza el respeto a la vida desde el
momento de la concepción, y de la misma Constitución de Colombia, que en su
artículo 11 reconoce y establece que “el derecho a la vida es inviolable”.
Pero el plan deletéreo continúa: el proyecto de ley que
ahora tiene el gobierno, prácticamente incentiva la corriente abortista, al
empeñarse en debilitar o suprimir todas las barreras de orden humano y legal
que pudieran disuadir a la mujer de matar a su propio hijo en el vientre.
Establece, en efecto, después de plegarse a señalar la IVE – nombre
sibilinamente hipócrita para no llamar las cosas por su nombre- como un
“derecho”, que “ basta la existencia de
riesgo ( yo subrayo) para la salud….física, mental o social de la mujer…y
ese riesgo lo dictamina la mujer misma, no es necesario que lo valoren terceras
personas o los profesionales que la atienden….ya que lo que está en juego es su
cuerpo, su salud y su vida…¡ Por Dios!,
y el cuerpo, la salud y la vida del niño ¿no son los que en realidad están en
juego?
Y, aunque parezca increíble, hay algo más perverso aún en el
proyecto; tan increíble que mejor será copiar textualmente del ominoso texto
con que el Ministerio de salud presenta el proyecto de ley. Así reza : “ Las menores de edad pueden acceder a la
interrupción voluntaria del embarazo, pues de lo contrario se vulneraría su
derecho al libre desarrollo de la personalidad, la autonomía y la dignidad…
Las instituciones del sistema de salud deben respetar la decisión de la menor,
por lo que no se requiere consentimiento o autorización de padres o tutores
para garantizar el acceso…” Cualquier comentario queda corto ante semejante
monstruosidad. ¿Lo verá así el señor Presidente Duque?
Y aún hay más. El malhadado proyecto de ley pretende, otra
vez, recortar el alcance del derecho a la objeción de conciencia, y forzar a las instituciones católicas a infringir el
principio sagrado de que hay que obedecer a Dios antes que a los hombres y la
ley suprema del “no matarás”; establece, en efecto que “se excluye de éste (el
derecho a la objeción de conciencia) al personal administrativo, de enfermería
o personal judicial. Tampoco aplica para instituciones…” ¿Será necesario
recordarles, al señor Presidente y a su Ministro de salud, la doctrina católica
sobre esta materia? Sería bueno que recuerden que el Vaticano II afirma
categóricamente que al hombre “no se le
puede obligar a actuar contra su conciencia, ni impedirle que obre según ella”
( Dignitatis humanae, 3) . Y que nuestra Constitución, de la que son
guardianes, establece en el artículo 18 que “nadie será obligado a actuar
contra su conciencia”. Y que enseña el Catecismo de la Iglesia que “el ciudadano no está obligado a seguir las
prescripciones de las autoridades si éstas son contrarias al orden moral o a
los derechos fundamentales de las personas” ( N° 2242) Y que San Juan Pablo
II dejó sentado, en su luminoso magisterio, que los ciudadanos, “cuando son
llamados a colaborar en acciones moralmente ilícitas tienen la obligación de
negarse” (Evangelium vitae, 73), y que “hay actos que por sí y en sí mismos,
independientemente de las circunstancias y de las intenciones, son siempre
gravemente ilícitos…por ejemplo la blasfemia, el homicidio…” (CEC, 1756) El
compendio de la Doctrina Social de la Iglesia establece que “es un
grave deber de conciencia no prestar colaboración, ni siquiera formal, a
aquellas prácticas que, aun siendo admitidas por la legislación civil, están en
contraste con la ley de Dios; es aquí…donde juega su papel el derecho a la
objeción de conciencia” (399)
Quienes nos hicimos la ilusión de que el gobierno presidido
por el doctor Duque, que en la presentación de su programa dejó asentado: “soy
orgullosamente colombiano y creo en Dios”, veríamos defendidos y proyectados
los principios cristianos, ¿tendremos ahora que descubrir que eso era vana
ilusión, y que también este gobierno prohijará acciones que los
pisotean?... Correo del autor: magarisaz@hotmail.com