Evangelio para el domingo 24 de
junio 2018. °°° « A Isabel se le cumplió el tiempo del parto y dio a luz un
hijo. Se enteraron sus vecinos y parientes de que el Señor le había hecho una
gran misericordia, y la felicitaban. A los ocho días fueron a circuncidar al
niño, y lo llamaban Zacarías, como a su padre.
La madre intervino diciendo:
“¡No! Se va a llamar Juan.” °°° (Lucas 1, 57-66). El hijo de Zacarías sigue
siendo el primer testigo de Jesús de Nazareth, la prueba es que recibió del
cielo la gran señal: «Aquel sobre quien veas que baja el Espíritu y se queda
sobre él, ése es el que bautiza con Espíritu Santo» (Juan 1, 33). El testigo es aquel que da testimonio de la
verdad. Denuncia las transgresiones a los mandatos de Dios. Se identifica con
la penitencia, la oración, el sacrificio, la entrega, la perseverancia. Su
predicación siempre se caracteriza por el llamado a la conversión, a la
perseverancia, a regresar nuevamente por los caminos del Señor. Para nosotros
los creyentes, el bautista se convierte en un paradigma de la persona
comprometida con el Reino de Dios. Es el modelo del hombre, del precursor y del
mártir. Así lo ven los estudiosos de la Sacra Escritura:
San Juan Pablo II, lo
entiende como prototipo de todo hombre que nace. Todos somos un hombre;
reflexionáramos: no estoy viviendo para hacer la vida a mi capricho, hay un
designio sobre mi vida. No es el destino ciego, como muchos se imaginan, nadie
ha nacido ya destinado a la maldad, nos hacemos malos porque usamos mal de la
voluntad, pero el designio de Dios es hacer una criatura buena. “Vio Dios que
era bueno todo lo que había hecho”. (Génesis 1,31). Es modelo de precursor: El
que va delante, el que va diciendo, el que indica quién es el cordero, “después
de mí vendrá otro al cual no soy digno de desatarle las sandalias. (Hechos
13,25). También es un mártir: porque con sus exhortaciones evangeliza a los
demás, su predicación es de penitencia, señala el pecado y desenmascara el
desorden; sentencia al tetrarca Herodes, diciéndole: “No te es lícito, eso es pecado” (Marcos
6,18). Termina su vida, derramando su sangre por la causa de Cristo. (Marcos
6,27). Cuida tu salud: La verdad hay que defenderla
hasta sus últimos términos. Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.