Evangelio para el domingo 17 de
junio 2018 °°° «¿Con qué podemos comparar el reino de Dios? ¿Qué parábola
usaremos? Con un grano de mostaza: al sembrarlo en la tierra es la semilla más
pequeña, pero después brota, se hace más alta que las demás hortalizas y echa
ramas tan grandes que los pájaros pueden cobijarse y anidar en ellas." °°°
Marcos 4, 26-34.
Las parábolas sobre el Reino en la Sagrada Escritura guardan
un mensaje eminentemente comunitario. La comunidad es la primera beneficiada
con el Reino propuesto por Jesús, se forma y se construye el ambiente
comunitario con la base de la Palabra y el testimonio; no somos los autores
principales, somos el resultado de una Palabra que se encarnó en nuestros
corazones y sentimientos y nos permitió llamarnos hermanos, comunidad, Iglesia,
Reino. El Reino de Dios es un sistema de
vida planteado por el Hijo de Dios y asumido por todos los que creemos en él:
Todo el Reino y el misterio de Jesucristo se entiende necesariamente desde la
conversión: Es el paso ineludible para entrar en el pensamiento de Dios. Es
aceptar la nueva propuesta y purificar la clase de vida que llevamos. Es dejar, abandonar y comenzar un camino donde
todo tiene su razón de ser. El que no se
convierte estará toda su vida hablando de lo mismo y buscando lo mismo.
El Reino tiene un principio de
crecimiento que lleva, progresivamente, a su total perfección. (cf Marcos
4,29). De igual forma, el Reino tiene una apariencia y unos principios
humildes. Su desarrollo es sorprendente. °°° “los pájaros pueden descansar a su
sombra” (cf. Marcos 4,32). El catecismo de la Iglesia Católica nos ilustra muy
bien sobre el Reino: Es anunciado a todos los hijos de Israel. (cf. Mateo 10, 5-7).
Está destinado para hombres y mujeres en el mundo. (cf. Mateo 28,19). El
requisito para el Reino es acoger la palabra del Nazareno. (cf. Marcos 4,26).
El Reino pertenece a los pobres y a los sencillos. (cf. Lucas 4,18). Todos los
pecadores, estamos invitados a participar de su Reino. (cf. Marcos 2,17). El
Papa Francisco ubica al Reino en la salvación del hombre y la gloria de Dios:
“El reino de Dios es la realización de todas nuestras aspiraciones más
profundas y más auténticas, porque es, al mismo tiempo, salvación del hombre y
gloria de Dios”. Hay que convertirse y creer en el Reino de Dios. (cf. Marcos
1,15). Cuida tu salud: “El Reino de
Dios, es la derrota del reino de satanás” (cf. Mateo 12,26). Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.