15 de junio 2018. En la Misa celebrada en la Casa Santa
Marta este viernes 15 de junio, el Papa Francisco alzó la voz contra la
prostitución y la explotación de las mujeres, contra la filosofía del descarte
que las considera personas de segunda clase y las pisotea por ser mujeres. En
su homilía, el Santo Padre reflexionó sobre las palabras de Cristo en el
Evangelio del día: “Todo el que mira a una mujer deseándola, ya cometió
adulterio con ella en su corazón”, y “todo el que repudia a su mujer la hace
ser adúltera”. Con estas palabras, explicó el Papa, “Jesús cambió la historia,
porque hasta aquel momento, la mujer era de segunda clase, era como una esclava
y no tenía plena libertad”.
El Pontífice denunció la generalización de la mujer como
objeto que se ha instalado en la sociedad y en la cultura actual: “En los
programas televisivos, en las revistas, en los diarios se muestra a la mujer
como objeto de deseo, de uso, como en un supermercado”. “Se presenta a la mujer
como objeto de esa filosofía de usar y tirar, como material de descarte”. En
este sentido, advirtió que esa filosofía “es un pecado contra Dios Creador,
porque al rechazar a la mujer, no podemos ser imagen y semejanza de Dios. Se
está produciendo un ataque contra la mujer, un terrible ataque. ¿Cuántas veces
las mujeres, para tener un puesto de trabajo, deben venderse como objetos de
usar y tirar? ¿Cuántas veces? Aquí, en Roma. No hace falta irse muy lejos”.
El Papa se preguntó qué veríamos si hiciéramos una
“peregrinación nocturna” por determinados lugares de la ciudad donde “tantas
mujeres, tantas migrantes y no migrantes son explotadas como si fuera un
mercado”. Y la gente “se limpia la conciencia llamándolas ‘prostitutas’. Frente
a nuestra libertad, ellas son esclavas de este pensamiento del descarte”. “Todo
eso sucede aquí, en Roma, sucede en cada ciudad”, lamentó. “Mujeres anónimas,
mujeres sin mirada porque la vergüenza cubre la mirada, mujeres que no saben
reír y muchas de ellas no conocen la alegría de ser madres”. “También en la
vida cotidiana, sin necesidad de ir a esos lugares, encontramos este
pensamiento maligno de rechazar a la mujer, de considerarla de segunda clase.
Debemos reflexionar mejor. Y haciendo esto, o diciendo aquello, entrando en ese
pensamiento, despreciamos la imagen de Dios que ha hecho al hombre y a la mujer
juntos a su imagen y semejanza”. Por último, el Papa pidió una oración “por las
mujeres descartadas, por las mujeres usadas, por las jóvenes que tienen que vender
su propia dignidad para tener un puesto de trabajo”. Evangelio comentado por el
Papa Francisco: Mateo 5:27-32 Fuente: Aciprensa.