17 de junio 2018. Como cada domingo, el Papa Francisco se
asomó a la ventana del Palacio Apostólico del Vaticano para rezar el Ángelus,
pero antes animó a permanecer fiel cuando en la vida se presentan problemas y
parece que no hay solución. Por ello, el Pontífice recomendó que “en los
momentos de oscuridad o dificultad no debemos abatirnos, sino permanecer
anclados a la fidelidad de Dios, a su presencia que siempre salva”.
Francisco añadió que “hoy como ayer, el Reino de Dios crece
en el mundo de modo misterioso y sorprendente, desvelando la potencia oculta de
la pequeña semilla, su vitalidad victoriosa. Dentro de las problemas personales
y sociales que a veces parecen marcar el naufragio de la esperanza, hay que
permanecer confiados en el actuar sumiso pero poderoso de Dios”. También
comentó que “no es fácil entrar en la lógica de la imprevisibilidad de Dios y
aceptarla en nuestra vida”, pero “hoy el Señor nos exhorta a una actitud de fe
que supera nuestros proyectos, nuestros cálculos, nuestras previsiones”. “Es
una invitación a abrirnos con más generosidad a los planes de Dios, sea en el
plano personal o comunitario”.
“La autenticidad de la misión de la Iglesia –añadió a
continuación–, no es dada por el éxito o la gratificación de los resultados,
sino por el ir hacia delante con el coraje de la confianza y la humildad del
abandono en Dios”. “Es la conciencia de ser pequeños y débiles instrumentos,
que en las manos de Dios y con su gracia pueden realizar obras grandes,
haciendo prodigar su Reino que es justicia, paz y alegría en el Espíritu
Santo”, concluyó. Fuente: Aciprensa.