14 de noviembre 2018. El Papa Francisco dedicó la catequesis
de la Audiencia General de este miércoles, celebrada en la Plaza de San Pedro
del Vaticano, al Octavo Mandamiento del Decálogo: “No dirás falso testimonio ni
mentirás”. “Este mandamiento”, aseguró el Santo Padre, “prohíbe falsear la
verdad en las relaciones con los demás”. En su catequesis, Francisco afirmó que
“vivir de comunicaciones que no son auténticas es grave, porque impide las
relaciones y, por lo tanto, el amor.
Donde
hay mentira no hay amor. No puede haber amor”. El Pontífice subrayó que “la
verdad es la revelación maravillosa de Dios, de su rostro de Padre, y de su
amor sin límites. Esta verdad corresponde a la razón humana, pero la supera
infinitamente porque es un don derramado sobre la tierra y encarnado en Cristo
crucificado y resucitado”.
“No decir falso testimonio significa vivir como hijos de
Dios, dejando emerger siempre que Dios es Padre y que nos podemos fiar de Él.
Yo me fío de Dios. Nuestra confianza con Dios, y de esta confianza con Dios que
es Padre y me ama, te ama, nace mi verdad, el ser sincero y no mentiroso”. Explicó
que “cuando hablamos de comunicaciones entre las personas no sólo entendemos
las palabras, sino también los gestos, las actitudes, incluso los silencios y
las ausencias. Una persona habla con
todo lo que es y lo que hace. Todos nosotros vivimos comunicando y estamos
continuamente en equilibrio entre la verdad y la mentira”.
Ahora bien, “¿qué significa decir la verdad?”, planteó
Francisco. “¿Qué significa ser sincero? ¿Tal vez exacto? En realidad, eso no
basta, porque se puede estar de forma sincera en el error, o quizás se puede
ser preciso en el detalle, pero no captar el significado del conjunto”. “En
ocasiones nos justificamos diciendo: ‘He dicho aquello que sentía’. Sí, pero
has absolutizado tu punto de vista. O también: ‘Tan solo he dicho la verdad’.
Quizás sí, pero has revelado hechos personales o reservados. ¡Cuántos rumores destruyen la comunión por
inoportunidad o por falta de delicadeza!”.
Por lo tanto, “¿Qué es la verdad?”. El Pontífice destacó que
“esta es la pregunta que hizo Pilato delante de Jesús”. “La verdad encuentra su
realización plena en la persona misma de Jesús, en su modo de vivir y de morir,
fruto de su relación con el Padre”. “Preguntémonos qué verdad atestiguan las
obras de los cristianos, nuestras palabras, nuestras elecciones. Los cristianos
no son hombres y mujeres excepcionales. Son hijos del Padre celeste, el cual es
bueno y no decepciona, y mete en los corazones de sus hijos el amor por los
hermanos”, concluyó. Fuente: Aciprensa. Redacción.