Evangelio para el domingo 2 de
diciembre 2018. °°° Permanezcan en vela, pidiendo a Dios en todo momento la
Gracia de salir sanos y salvos de todo esto que va a suceder y de presentarse
con confianza ante el Hijo del Hombre °°° Lucas 21, 25-28. 34-36. « Permanecer
en vela, estando atentos a las circunstancias de la vida, viviendo exactamente
como le agrada a Dios; es la propuesta es del Salvador del mundo. Su lenguaje
es apocalíptico.
Expresión propia de los que se acogen a la fe, de los pobres,
de los humildes, de los perseguidos, de aquellos que esperan con paciencia y
atino la segunda venida del Señor; algo así como darle paso a un nuevo mundo,
tal como lo profetizó Isaías: “Porque yo voy a crear un cielo nuevo y una
tierra nueva, y no se volverá a recordar el pasado, ni vendrá siquiera a las
mentes” (Isaías 65, 17). Aprendemos a vivir en este mundo dejándonos conducir
de la mano de Dios.
Hay que comprender y vivir el sentido
del tiempo con un espíritu cristiano. El
tiempo y la historia tienen su razón de ser. El tiempo no pasa en vano, la
historia no se detiene; se aprende de la historia, se aprovecha al máximo el
tiempo, para que cuando llegue ese día tan anunciado del Señor, no tengamos la
tristeza y la nostalgia de no tener nada que ofrecerle a Dios; al contrario, la
angustia y la desesperación de que ya no hay tiempo para volver atrás. La
cláusula del apóstol san Pablo es: “Que el Señor los colme y los haga rebosar
de amor unos con otros” (1 Tesalonicenses 3,12).
El
Mesías viene con una misión específica, la liberación del pueblo. Su mensaje es
un llamado a la esperanza, el mundo no permanece igual, el tiempo es diferente,
el Misterio de Jesús cambia el rumbo de la historia. La meta es lograr vivir en este mundo, según
el espíritu aprendido de la misma Palabra de Dios. (Cfr. 1 Tesalonicenses.
4,1). Pensar en ese momento, el cual no
sabemos el día ni la hora, se detiene en el presente a través de las virtudes
cristianas: Fe, esperanza y caridad. Jesucristo nos recomienda vivir en el
tiempo con una conciencia crítica: “Tengan cuidado, no se dejen aturdir, por el
desenfreno, la embriaguez y las preocupaciones” (Lucas 21, 34). El Papa
Francisco recomienda la virtud de la prudencia, ella, con un buen examen de
conciencia nos ayuda a pensar en el final del tiempo, tal como la haría alguien
que aprende a ser sabio en sus cosas: “Es prudente pensar en el final, °°°
nadie tiene una vida asegurada °°° Lo que sí es seguro es que todos tendremos
un final”. Cuida tu salud: Pensar en
el fin de la vida, es propio de los sabios. Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué.