28 de marzo 2020. “El
problema de la élite es que perdió la memoria de su pertenencia al pueblo de
Dios.”. El Papa Francisco pidió a los sacerdotes que no pierdan el sentido de
pertenencia al pueblo de Dios, el sentido de pertenencia al rebaño de Cristo. En
la Misa celebrada en la Casa Santa Marta advirtió que esa pérdida de sentido de
pertenencia al pueblo crea grietas con el pueblo, como pasaba en Israel en
tiempos de Jesús.
El Pontífice lo
explicó poniendo de ejemplo la escena del Evangelio del día, donde se encuentra
dos grupos de personas. Por un lado, “el grupo de doctores de la ley que, a
priori, rechaza a Jesús porque, según ellos, no opera de acuerdo a la ley”, “el
grupo de los intelectuales de la ley, los jefes de Israel, los jefes del
pueblo”. Y por otro lado está, “el pueblo que ama a Jesús y lo sigue”.
El Papa reflexionó
sobre la escena concreta en que los fariseos reprochan a los guardias por no
haber prendido a Jesús. “Dicen: ‘¿Por qué no lo habéis traído aquí?’. Responden
los guardias: ‘Nunca un hombre ha hablado así’. Pero los fariseos les
replicaron: ‘¿Os habéis dejado engañar también vosotros? ¿Acaso ha creído en Él
alguno de los jefes de los fariseos? Pero
esa gente que no conoce la Ley son unos malditos’”.
“Este grupo de
doctores de la ley, la élite, desprecia a Jesús, pero también desprecia al
pueblo, a ‘esa gente’, qué ignorantes, que no saben nada”.
Por el contrario,
“el santo pueblo fiel de Dios cree en Jesús, lo sigue, pero este grupo, la
élite, los doctores de la ley, se separa del pueblo y no recibe a Jesús”.
Francisco explicó que los fariseos tenían un gran defecto: “Habían perdido la memoria de su pertenencia
a un pueblo”.
En contraste, el
pueblo de Dios tiene la capacidad, el don “de saber dónde está el Espíritu”, de
conocer “los caminos de la salvación”. “El
pueblo de Dios sigue a Jesús, no sabe explicar por qué, pero lo sigue, lo
llevan hasta el corazón, y no se cansa”.
Otra escena
evangélica citada por el Papa: “El día de la multiplicación de los panes.
Estuvieron todo el día con Jesús. Hasta el punto de que los apóstoles le
dijeron a Jesús: ‘Despídelos, para que puedan ir a comprar para comer’”.
Es decir, “también
los apóstoles tomaban distancia. No tenían en consideración, no despreciaban,
pero no tenían en consideración al pueblo de Jesús. Que vayan a comer. La
respuesta de Jesús: Dadles vosotros de comer. Los remite al pueblo”.
“Esta grieta entre la élite de dirigentes
religiosos y el pueblo es un drama que viene de lejos. Pensemos también en
el Antiguo Testamento la actitud de los hijos de Elí en el templo: se
aprovechaban del pueblo de Dios”.
Para el Papa, esa
actitud es un rasgo del clericalismo que ha existido en todas las épocas de la
historia: “El desprecio del pueblo. El
desprecio de la gente ‘que no ha sido educada como nosotros, que hemos
estudiado, que sabemos…’”.
En cambio, “el
pueblo de Dios tiene esa gran gracia: el olfato de saber dónde está el
Espíritu. Es pecador, como nosotros: es pecador. Pero tiene ese olfato para
conocer los caminos de la salvación”.
“El problema de la
élite, de los clérigos de élite como estos, es que habían perdido la memoria de
su pertenencia al pueblo de Dios, son sofisticados, han accedido a otra clase
social, se sienten dirigentes. Esto es
el clericalismo que ya se daba allí”.
Lamentó que también
esto sucede hoy con el clericalismo, sacerdotes, religiosas, con miedo de
“ensuciarse las manos con los pobres”. “Muchas veces pienso: es gente buena que
no han tenido la valentía de ir a servir a los pobres”.
En ellos, “algo
falta: Aquello que faltaba a esta gente, a los doctores de la ley. Han perdido
la memoria, han perdido aquello que Jesús sentía en el corazón: que eran parte
de su pueblo. Han perdido la memoria de aquello que Dios le dice a David: ‘Yo
te he tomado del rebaño’. Han perdido la memoria de su pertenencia al rebaño”.
“Pensemos también
hoy tantos hombres y mujeres cualificados en el servicio de Dios que son
valientes y acuden a servir al pueblo, tantos
sacerdotes que no se separan del pueblo”.
El Papa finalizó la
homilía invitando a pensar “cada uno de nosotros, de qué parte estamos, si estamos en medio, un poco indecisos, si
estamos con el sentir del pueblo, del pueblo fiel de Dios que no puede fallar:
tiene esa infalibilidad al creer. Y pensemos en la élite que se aparta del
pueblo de Dios, en ese clericalismo”. Evangelio comentado por el Papa
Francisco: Juan 7, 40-53. Fuente: Aciprensa. Redacción.