Evangelio
para el domingo 29 de marzo 2020. La vida: frente a la eternidad y la muerte. °°°
« Cuando Marta se enteró de que llegaba Jesús, salió a su encuentro, mientras
María se quedaba en casa. Y dijo Marta a Jesús: -«Señor, si hubieras estado
aquí no habría muerto mi hermano. Pero aún ahora sé que todo lo que pidas a
Dios, Dios te lo concederá.» Jesús le dijo: -«Tu hermano resucitará.» Marta
respondió: -«Sé que resucitará en la resurrección del último día.» Jesús le
dice: -« yo soy la resurrección y la vida: el que cree en mí, aunque haya
muerto, vivirá; y el que está vivo y cree en mí, no morirá para siempre. ¿Crees
esto?» Ella le contestó: «Sí, Señor: yo creo que tú eres el Mesías, el Hijo de
Dios, el que tenía que venir al mundo.” °°° (Juan 11, 1-45).
El valor de la vida es definitivo
para cada uno de nosotros. Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
La
entendemos y la aceptamos como una Gracia de Dios, como un valor absoluto, como
un bien tan íntimo y a la vez tan amplio que trasciende y toca el corazón de
tantas personas. Amamos la vida, cuidamos de ella, compartimos la vida, nos
reservamos algo para nosotros. No se nos ocurre pensar en ningún momento cuándo
se va a terminar nuestra vida terrenal. Nos causa temor la muerte, defendemos
más la vida y comprendemos menos la muerte.
En Jesús de Nazaret, hay espacio para la vida, para la muerte, para la
resurrección, para la esperanza. Él mismo es el autor de la vida, Él mismo
quiso que la muerte plenificara la existencia. Él predica un evangelio de la
vida, anuncia su muerte, se prepara y se eleva en su resurrección, para ofrecer
vida eterna.
Ya
no hay confusión entre vida y muerte. El punto de equilibrio lo logra la fe: El
Maestro pregunta: “¿Crees esto?”. Quien tiene fe responde: “Si Señor, creo que
tú eres el Mesías” (Juan 11, 27). El
dolor y el sufrimiento aquilatan la vida. Jesucristo tiene su buena noticia
para el final de los tiempos: "Llegará la hora en que todos los que están
en los sepulcros oirán su voz y saldrán; los que hicieron el bien resucitarán
para la vida, y los que hicieron el mal resucitarán para la condenación."
(Juan 5, 28-29). El Papa Francisco enseña que Cristo no se resigna a los
sepulcros que hemos construido al elegir el mal o la muerte. Al contrario
ordena que salgamos de la tumba, en la cual nuestros pecados nos han hundido.
(Homilía 6 de abril 2014). Cuida tu salud: Vida, enfermedad y muerte: son
constitutivos de nuestra condición humana.