12 de febrero 2018. A partir de la frase del Apóstol
Santiago en la Primera Lectura del día, “vuestra fe, puesta a prueba, produce
paciencia”, el Papa Francisco reflexionó, en la homilía de la Misa celebrada
este lunes de febrero en la Casa Santa Marta, sobre la paciencia, y señaló que
no es resignación o derrota. El Santo Padre hizo una clara distinción entre la
paciencia cristiana y la resignación, así como la actitud de derrota. Según
explicó, la paciencia cristiana es la virtud del que está en camino, no de
quien está parado y cerrado. “Cuando se está en camino se entienden muchas
cosas que no siempre son buenas.
A mí me dice mucho sobre la paciencia como virtud en camino la actitud de los padres cuando tienen un hijo enfermo o con discapacidad, que nace así, ‘pero gracias a Dios está vivo’”.
Destacó que los padres que se encuentran en esa situación
“son pacientes y le dan toda la vida a aquel hijo con amor y hasta el final. Y
no es fácil llevar adelante durante años y años a un hijo con discapacidad, a
un hijo enfermo… Pero la alegría de tener ese hijo les da la fuerza necesaria
para seguir adelante. Eso es paciencia, no resignación. Es decir, es la virtud
que llega cuando uno está en camino”. En otra parte de su reflexión, el Papa se
detuvo en la etimología de la palabra “paciencia”. En este sentido, subrayó que
la paciencia significa “llevar sobre uno mismo”, “y no confiar en que sea otro
el que cargue con el problema, el que cargue con la dificultad: ‘La llevo yo,
esta es mi dificultad, es mi problema. ¿Me hace sufrir? ¡Por supuesto! Pero la
llevo yo’. Llevar sobre uno mismo”.A mí me dice mucho sobre la paciencia como virtud en camino la actitud de los padres cuando tienen un hijo enfermo o con discapacidad, que nace así, ‘pero gracias a Dios está vivo’”.
Por otro lado, “la paciencia también es la sabiduría de
saber dialogar con el límite. Hay tantos límites en la vida, pero la
impaciencia no los quiere, los ignora porque no sabe dialogar con los límites.
Tiene alguna fantasía de omnipotencia o de pereza, no lo sabemos… Pero no
sabe”. La paciencia a la que se refiere el Apóstol Santiago “no es un consejo
para los cristianos”, precisó Francisco. Es la paciencia de Dios, del Padre
“que nos acompaña y espera nuestros tiempos”. “Aquí pienso en nuestros hermanos
perseguidos en Oriente Medio, expulsados por ser cristianos… Tienen paciencia
como el Señor tiene paciencia”. Por último, el Papa propuso esta oración:
“Señor, da a tu pueblo paciencia para superar las pruebas”. Lectura comentada
por el Papa Francisco: Santiago 1:1-11. Fuente y redacción, Aciprensa.