Evangelio para el domingo 11 de febrero 2018. -«°°° “Si quieres,
puedes limpiarme. Sintiendo lástima, extendió la mano y lo tocó, diciendo:
quiero, queda limpio. La lepra se le quitó inmediatamente “. °°° (Marcos 1,
40-45).
Un eminente médico psiquiatra,
psicoterapeuta y escritor brasileño, meditando los pasajes del Evangelio llegó
a la conclusión que: “La vida es un espectáculo imperdible °°° Jesucristo es el
Maestro de la vida, de la salud, de la esperanza. °°° Donde el ser humano cree
que todo se ha terminado, escucha la voz de su Señor que le dice: “Quiero,
queda limpio”. °°° “La historia de Jesucristo es el mayor laboratorio de
autoestima para la humanidad °°° vale la pena vivir la vida, aunque tengamos
dificultades, aunque lloremos, aunque seamos derrotados, aunque algunas
enfermedades nos provoquen vergüenza. Nunca hay que desistir en este caminar.
Hay que caminar, aunque tengamos miedo de tropezar, si tropezamos no tengamos
miedo de herir, y si herimos hay que tener el valor para corregir” Vete y
preséntate ante los sacerdotes °°° (Augusto Cury).
La sanación es una acción
maravillosa y misericordiosa del Señor. Su base es la fe, la vida y la
conversión de cada persona. No se puede utilizar la sanación como un medio
comercial de llamar la atención y ganar prestigio ante la comunidad. La gente
se sana por el amor de Dios, y se convierte en apóstol de su Señor “Ve y
preséntate ante los sacerdotes”. (Marcos 1,44). Jesucristo levanta la
autoestima de todos aquellos que la sociedad descarta y desplaza de la vida en
comunidad. El Hijo de Dios se ubica en consonancia con la ley de Moisés, es
respetuoso, sabe que está tratando con alguien que es impuro, (cf Levítico
13,44). Al mismo tiempo supera el concepto de desprecio de la cultura del
momento: toca al enfermo (cf. Marcos 1,41), la ocasión del milagro tiene su
razón de ser. La necedad de Dios supera la inteligencia y las leyes que rigen a
los seres humanos. Dios sana porque tú
crees en Él, en su poder y en su misericordia, porque comienzas una vida nueva
que va a servir de ejemplo para los demás. El Papa Francisco insiste en tocar y
estar muy cerca del pobre, del enfermo, del descartado: “Los pobres y los
abandonados, los enfermos, los marginados son la carne de Cristo. ¡No tener
miedo ni repugnancia a tocar la carne de Cristo! Esto conlleva no encerrarse en
uno mismo”. Cuida tu salud: Nunca
descartes a otra persona por su pobreza, condición o enfermedad. Padre, Jairo
Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.