17 de mayo 2018. El Papa Francisco advirtió contra los
“líderes” que tratan de manipular a los pueblos y convertirlos en “pueblo-masa”
mediante la construcción de una “falsa unidad” empleada para fines
particulares. En la homilía de la Misa celebrada en Casa Santa Marta este
jueves 17 de mayo, el Santo Padre señaló la necesidad de trabajar por la
unidad, porque “cuando nosotros, en la vida, en la Iglesia o en la sociedad
civil, trabajamos por la unidad, estamos en el camino que Jesús nos ha
marcado”. Sin embargo, advirtió contra la “falsa unidad”,
como la de los que
acusaban a San Pablo en la primera lectura del día, de los Hechos de los
Apóstoles. Al principio se presentaban como un bloque único para acusarlo.
Pero Pablo, con la sabiduría del Espíritu Santo, lanzó “la
piedra de la división” asegurando que estaba siendo juzgado “por esperar la
resurrección de los muertos”, lo cual provocó la división de la asamblea que le
juzgaba entre fariseos y saduceos, ya que estos últimos no creían en la
resurrección. En los Hechos de los Apóstoles también se ve en ocasiones que San
Pablo sufre persecuciones por parte del pueblo que grita sin saber qué está
diciendo, sólo repite lo que “los dirigentes” sugieren. “Esta instrumentalización
del pueblo –explicó Francisco– es también un desprecio del pueblo, porque lo
convierte en masa. Es un elemento que se repite mucho, desde los primeros
tiempos hasta la actualidad”.
En este sentido, sugirió pensar cómo “el domingo de Ramos
todos aclamaban a Jesús: ‘¡Bendito el que viene en el nombre del Señor!’, y
cómo esa misma gente, el viernes siguiente, gritaba ‘¡Crucifícalo!’. ¿Qué había
sucedido?”, se preguntó el Papa. “Les habían lavado el cerebro, y les habían
cambiado el modo de pensar. Habían transformado al pueblo en masa, que
destruye”. Este método, “crear condiciones oscuras para después condenar a la
persona”, es lo que rompe la unidad. Es el método empleado para perseguir a
Jesús, a Pablo, a Esteban y a todos los mártires. Además, señaló el Papa que
también es un método empleado hoy “en la vida civil, en la vida política,
cuando se quiere dar un golpe de estado. Los medios comienzan a hablar mal de
la gente, de los dirigentes y, con la calumnia, la difamación, los ensucian”.
Asimismo, advirtió que, “en un nivel más concreto, sucede lo
mismo en nuestras comunidades parroquiales cuando, por ejemplo, dos o tres
comienzan a criticar a otro, y comienzan a hablar a sus espaldas, y crean una
falsa unidad para condenarlo. Se sienten seguros y lo condenan”. “Lo condenan
mentalmente. Después se separan y hablan a espaldas uno del otro, porque están
divididos. Por este motivo, el propagar rumores es una actitud asesina, porque
mata, porque expulsa a las personas, acaba con la ‘fama’ de la gente”. Por el
contrario, invitó a pensar “en la gran vocación a la cual estamos llamados: la
unidad con Jesús, el Padre”.
“Sobre ese camino debemos avanzar hombres y mujeres que se
unen y que siempre tratan de avanzar adelante a lo largo del camino de la unidad.
Y no la falsa unidad que no tiene sustancia, y que sólo sirve para dar un paso
más y condenar a la gente, y llevar adelante intereses que no son los nuestros:
intereses del príncipe de este mundo, que es la destrucción”. El Papa terminó su homilía pidiendo “que el
Señor nos de la gracia de caminar siempre en el camino de la verdadera unidad”.
Lectura comentada por el Papa Francisco: Hechos 22:30; 23:6-11 Fuente: Aciprensa.