19
de mayo 2018. Llegó la hora …
Autor: Padre, Mario García Isaza.
Formador, Seminario mayor, Ibagué, Colombia. Leo en el Catecismo de la Iglesia
Católica : “ El cuarto mandamiento…se extiende a los deberes de los ciudadanos con
respecto a su patria” (N° 2199) “….la corresponsabilidad en el bien común exige moralmente…el
ejercicio del derecho al voto” (N°2240); y en el “Compromiso moral del
cristiano”, de la Conferencia Episcopal de Colombia : “Todos los cristianos, como
buenos ciudadanos, han de…formar la conciencia sobre el derecho y la
responsabilidad del voto” (N° 1172)
El Vaticano II nos dice : “Recuerden
todos los ciudadanos el derecho y al mismo tiempo del deber que tienen de votar
con libertad para promover el bien común” (Gaudium et spes, N° 75) Esta clara doctrina
acaban de recordárnosla, ayer apenas, nuestros Pastores; en comunicado relacionado
con las próximas elecciones, la Conferencia episcopal nos ofrece luminosa orientación : renunciar al ejercicio del voto es negar un
servicio a la patria…; tenemos que pensar, a la luz de la conciencia, cómo votar, y por quién votar…; los criterios
que orienten nuestro voto han de brotar del Evangelio…; nuestro sufragio no
puede respaldar sino a un candidato que se comprometa a cimentar la
construcción del país en valores éticos….en el respeto a la dignidad de toda
persona…en la protección de la familia, en la defensa de la vida en todas sus
etapas...en el derecho de los padres a la educación de sus hijos, en el cuidado
de la naturaleza…
Colombia
ha vivido un largo y proceloso período de desconcierto; toca a su fin un
gobierno que, por sus acciones y sus omisiones, nos hizo perder el norte como
sociedad. La vida de nuestra patria, su estabilidad, sus bases éticas y
sociales, la solidez de sus
instituciones políticas, se vendieron a intereses proditorios y se entregaron a
quienes programan una nueva nación en la cual los valores del catolicismo y de
la cultura occidental serían sustituidos por los postulados insensatos de un
sistema ateo y de un socialismo de izquierda que ha probado ser catastrófico. Nos
engañaron, aprovechándose del entrañable deseo que todos abrigamos de que se
acabe en Colombia la insensatez de la violencia y se instaure la paz. Por
encima de nuestra Constitución, que, con sus falencias y todo, ofrece los
elementos de una nación de firmes principios y sólida democracia, se nos ha
impuesto, ilegalmente, un llamado NAF (Nuevo Acuerdo Final) que realmente no
existe, que fue rechazado en bloque por el voto popular, y que es, aunque se
pretenda negarlo, una entrega de Colombia a sus peores enemigos.
¡
LLEGÓ LA HORA ¡ : la hora de poner fin a las demasías y desafueros que nos
llevan hacia el abismo; la hora de salir a votar, pero de hacerlo dejando que
nos iluminen los principios y valores cristianos que heredamos de nuestros
mayores y que la Iglesia Católica
inculca y defiende; la hora de
decir, con ese voto, que no estamos dispuestos a permitir que se nos
desfigure la identidad de una Colombia democrática y cristiana. En esta fiesta
de Pentecostés, imploremos fervientemente la asistencia del Espíritu Santo: que
Él nos conceda sabiduría y discernimiento para cumplir con nuestro deber el 27
de mayo. Correo: magarisaz@hotmail.com