9 de mayo de 2018

LOS COLOMBIANOS DEBEMOS SER SERVIDORES DE LA RECONCILIACIÓN


9 de mayo 2018. Los colombianos debemos ser servidores de la reconciliación. Mensaje de los obispos a los fieles católicos de Colombia.  El pasado 3 de mayo, Fiesta de la Santa Cruz, hemos celebrado el 1er Día Nacional por la Reconciliación. Como lo hizo el Papa Francisco en Villavicencio, hemos puesto la mirada en el Crucificado y le hemos pedido que Colombia abra su corazón de pueblo de Dios y se deje reconciliar. Para nosotros discípulos de Cristo, la reconciliación con Dios, con los hermanos, con nosotros mismos y con la creación es el camino para la alcanzar la paz.
El Santo Padre preguntaba: ¿cuáles son los caminos de reconciliación? Y él mismo respondía que ella sólo es posible si llenamos de la luz del Evangelio nuestras historias de pecado, violencia y desencuentro. En este momento tan decisivo de la vida de nuestro país, queremos hacer a los sacerdotes, religiosos y laicos, a todo el pueblo de Dios, este llamado: “En nombre de Cristo les pedimos. ¡Déjense reconciliar por Dios!” (2Cor 5,20). ¡Seamos servidores de la reconciliación! Hagámoslo con estos compromisos concretos: 

1. Seamos testigos de alegría y de esperanza, porque estamos seguros de que el Evangelio es el anuncio más maravilloso para la humanidad. Dios nos ama y dispone todo para nuestro bien. El Papa nos dijo que la Iglesia debe ser sacramento de esperanza, y que a los cristianos no nos está permitida la “quejumbrosidad”, el pesimismo o el desánimo. 

2. Confiemos en Dios, él guía nuestra historia y jamás nos abandona. Acudamos a él en todo momento y circunstancia por medio de la oración. Realicemos en todas las parroquias, en la próxima solemnidad de Pentecostés, un momento especial de plegaria por la reconciliación de nuestro país, para suplicarle al Espíritu Santo que nos dé la unidad, el discernimiento de lo que Dios quiere y valentía para asumir un compromiso efectivo con nuestra nación. 

3. No más violencia en los hogares, en los colegios, en los barrios y en los campos; es necesario acabar con la agresividad, las venganzas, los odios y resentimientos; pongamos más bien diálogo, cariño, comprensión y ayuda. Es hora de sanar N° 015 Página 2 de 2 heridas, de pedir y ofrecer perdón, porque Jesús llama felices a quienes perdonan y lo hacen “setenta veces siete” (Mt 18,22). 

4. Busquemos la verdad que nos hará libres; no permitamos que la mentira, la corrupción, la desinformación, las verdades “a medias” y los chismes nos esclavicen. No temamos ir contracorriente de estas cosas. Podemos promover la verdad si obramos con rectitud, a conciencia y cimentando nuestro actuar en los valores cristianos. 

5. Venzamos el mal a fuerza de bien; no nos quedemos pegados a los males que hemos sufrido durante tantos años, pues no se supera la violencia con más violencia. La paz es el resultado de un largo y duro combate, de un esfuerzo decidido y permanente por alcanzar una cultura del encuentro y generar bien para todos. Agradecemos a Dios que tantos hermanos y hermanas -laicos, religiosos y sacerdotesanimados por su vocación cristiana, hayan entregado su vida al anuncio del Evangelio, a la promoción humana y al trabajo por la reconciliación y la paz. Hacemos un reconocimiento especial, en su día, a las madres, que testimonian la ternura, la dedicación y la belleza de la vida; que son ejemplo de fuerza moral y de fe. Todos recordamos esta expresión del Papa Francisco en nuestro país: ¡Basta una persona buena para que haya esperanza! Colombia necesita que nosotros, los discípulos de Cristo, continuemos la siembra de la reconciliación para que podamos cosechar la paz. Los encomendamos a la protección de la Santísima Virgen y les hacemos llegar nuestra bendición. + Óscar Urbina Ortega Arzobispo de Villavicencio Presidente de la Conferencia Episcopal. Fuente: Conferencia Episcopal de Colombia.