Evangelio para el domingo 27 de
mayo 2018. °°° «Se me ha dado pleno poder en el
cielo y en la tierra. Id y haced discípulos de todos los pueblos, bautizándolos
en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo” °°° Mateo 28,
16-20. Como católicos centramos todo nuestro
pensamiento y fe en ese misterio inescrutable y con tanto contenido. La
santísima trinidad.
¿Cómo se puede entender desde la mente humana, que existe
un Dios, que a su vez son tres personas distintas y un solo Dios verdadero? ¿Un
Dios en cuyas tres personas existen funcionalidades diversas y al mismo tiempo
están unidos perfectamente por la gracia del Espíritu? ¿Un Dios Trino que nunca
falta en nuestras acciones religiosas, toda celebración sacramental se preside,
se inicia y culmina en nombre de Dios Trino? Es necesario empezar por creer en
ese misterio de Dios trino para poder descifrar su riqueza. El misterio en sí no pretende disociar ni
culpar otras maneras de pensar por la concepción particular con respecto a las
tres personas; al contrario, el misterio de Dios se entiende desde la
experiencia del amor, se experimenta en la unidad universal y se traduce en la
hermandad que es el resultado de la fe de todos aquellos que creemos en Dios.
Históricamente
recordamos el conocido credo san Atanasio “Quicúmque”, algunos piensan que fue
escrito por san Ambrosio. El cual decía: Debemos venerar a un solo Dios en la
trinidad y a la trinidad en la unidad, sin confundir las personas, ni separar
las sustancias. °°° Ahora, pensemos; si Dios al organizar todo su plan de
salvación logró el objetivo en comunión con el Hijo y con el Espíritu, respetó
las funciones de cada uno de ellos, su mismo Hijo es prueba de que la obra
depende del Padre y su culminación la delega al Espíritu, ese el modelo
perfecto de una vida en comunidad. El
Papa Francisco en su Ángelus Regina Coeli, propuso el misterio de la santísima
trinidad como modelo y reflejo de lo que debería ser la comunión entre hombres
y mujeres. Dijo el Papa: Dios “no está lejano ni cerrado en sí mismo, sino que
es vida que quiere comunicarse, es apertura, es amor que rescata al hombre de
la infidelidad”. Es “misericordioso, tiene piedad, es rico en gracia porque se
ofrece a nosotros para colmar nuestros límites y nuestras faltas para perdonar
nuestros errores, para llevarnos por el camino de la justicia y de la verdad”. El
modelo trinitario es perfecto: Dios vive en comunidad, el amor es el espíritu
de las buenas relaciones, existe el respeto entre las personas, nos enseñamos a
escuchar a los demás: “Audi alteram partem”. Cuida tu salud: Dios es el modelo
máximo de vida cristiana. Padre, Jairo
Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.