MENSAJE DE LOS OBISPOS
A LOS FIELES CATÓLICOS DE COLOMBIA
¡VOTEMOS A CONCIENCIA Y CON RESPONSABILIDAD!
A pocos días de las elecciones presidenciales del 27 de mayo
2018, los obispos católicos de Colombia nos dirigimos a todos nuestros fieles
para recordarles que, como ciudadanos y como cristianos, debemos votar consciente,
libre y responsablemente. Conviene que nos preparemos con estas preguntas:
1. ¿Por qué votar?
Porque el voto es un derecho y un deber moral que tiene
hondas repercusiones en la vida de todos. El voto expresa el compromiso de cada
uno en la construcción de los diversos ámbitos de la vida nacional. Sustenta la
auténtica democracia y, al mismo tiempo, garantiza su permanencia, al permitir
la participación y corresponsabilidad de los ciudadanos en los destinos del
país. Renunciar al ejercicio del voto es negar un servicio al desarrollo
integral de nuestra patria.
2. ¿Cómo votar?
- Sin dejarnos llevar de la apatía, la desconfianza o el
pesimismo. Con indiferencia no se avanza.
- Preparándonos con la oración, en la que pedimos al
Espíritu Santo que nos conceda elegir con sabiduría, con honestidad y pensando
sólo en el bien común.
- Rechazando y evitando los vicios electorales como el
abstencionismo, la compra y venta de votos, la suplantación de sufragantes y de
jurados, así como cualquier forma de presión para que se vote por un candidato.
- Confrontando los programas de los candidatos con los
desafíos más urgentes del país, para darnos cuenta si ofrecen soluciones
válidas.
- Sin dejarnos manipular por la propaganda que a veces
engaña, por informaciones
malintencionadas o por intereses distintos a los del bien
común.
- Con coherencia con nuestras convicciones, impulsados por
razones y motivaciones que broten del Evangelio.
- En un clima de respeto, de diálogo y de espíritu cívico,
renunciando a todo fanatismo, violencia y agresividad; dispuestos a respetar
los resultados del ejercicio democrático.
¿Por quién votar?
- Por quien manifiesta deseos de servir al bien común más
que de llegar al poder o alcanzar intereses particulares; por quien vemos que
tiene las capacidades para responder a los retos más urgentes que afronta el
país.
- Por quien muestra libertad e independencia frente a
cualquier corriente extranjera de colonización ideológica.
- Por quien vemos capaz de escuchar y aprender en el diálogo
democrático; por quien combina la búsqueda de la justicia con el trabajo por la
reconciliación.
- Por quien percibimos con liderazgo para convocar y
movilizar a todos los sectores de la población en pos de grandes objetivos
nacionales, como el desarrollo integral y la justicia social.
- Por quien demuestra solidaridad con los sufrimientos y
esperanzas de todos los colombianos; por quien propone iniciativas de
participación ciudadana y caminos viables para erradicar las raíces de la
violencia.
- Por quien quiere cimentar la construcción del país en los
valores éticos y promover
políticas claras a favor de la dignidad de la persona, la
protección de la familia, la defensa de la vida en todas sus etapas, el derecho
de los padres en la educación de sus hijos, el cuidado de la naturaleza.
Recordemos que no elegiremos a un super héroe que todo lo
puede, sino a alguien que es idóneo para liderar los esfuerzos del pueblo
colombiano en torno a un proyecto común de país. La Iglesia católica valora y estima el servicio de quienes
se han presentado como candidatos para dirigir el país. Los obispos invitamos
especialmente a los jóvenes a participar con entusiasmo en estas elecciones,
movidos sólo por altos ideales. ¡No se dejen robar la esperanza!, les pidió el
Papa. Reconozcan lo bueno que tenemos y debemos proteger, para que no se dejen
llevar por el desencanto de las cosas difíciles que ha vivido el país. Pongamos
en las manos de Dios, por intercesión de la Santísima Virgen María, los anhelos
de tener un mejor país para entregarlo a las nuevas generaciones, nuestro
compromiso y propósito de reconciliación nacional, y el servicio de los
gobernantes que resultarán elegidos.
+ Óscar Urbina Ortega. Arzobispo de Villavicencio Presidente
de la Conferencia Episcopal