21 de septiembre de 2018

EL MUNDO FUNCIONA COMO UN EQUIPO. LE SERVIMOS A LOS DEMÁS.


Evangelio para el domingo 23 de septiembre 2018. °°° « ¿Quien quiera ser el primero, que sea el último de todos y el servidor de todos.” Y, acercando a un niño, lo puso en medio de ellos, lo abrazó y les dijo: “El que acoge a un niño como éste en mi nombre me acoge a mí; y el que me acoge a mí no me acoge a mí, sino al que me ha enviado.” °°° (Marcos 9, 30–37). El espíritu del seguimiento de la persona de Cristo Jesús, es lograr la identidad con el Maestro.
Seguir a Jesús no es entrar a gozar de una serie de privilegios y comodidades en la vida. No es sentirse diferente o superior a los demás. No es desconocer mi propia realidad de pecador. No es evitar el sacrificio, el dolor, el sufrimiento. No es sentarse a esperar a que muchos me admiren. Es decidirse a cumplir la gran consigna del hijo de Dios: “Quien pretenda ser el primero, deberá ser el último y el servidor de todos” (cf. Marcos 9,35). El apóstol san Pablo  recomienda a los creyentes en Filipo: “"No hagan cosa alguna por espíritu de rivalidad o de vanagloria; sean humildes y tengan a los demás por superiores a ustedes." (Filipenses 2,3).

            El servicio es una vocación. Es una gracia, es una virtud, es el fruto de alguien que cree en Dios; un carismático, un enamorado de Dios, alguien que llegó a la conclusión que es muy importante servirle a los demás. Según la Sagrada Escritura, Jesucristo es el mejor “Siervo”, es quien asume su vocación de salvador. Los profetas le anuncian a la humanidad, al elegido por el Padre celestial. Incluso indican las cualidades de un virtuoso del servicio salvífico: "No gritará, no alzará el tono, no hará oír por las calles su voz. No romperá la caña cascada, ni apagará la mecha humeante. Traerá con toda seguridad la justicia." (cf. Isaías 42, 1-4).  Un buen servidor de Dios en el mundo, se esmera por adquirir virtudes, para cualificar su servicio. Cultiva valores, no se deja seducir por los reclamos del poder y de la ambición personal. Sencillamente cree en la consigna de su Maestro: “Si alguno me sirve, que me siga” (cf. Juan 12, 26). Nuestro carismático Papa Francisco, recomienda a los pastores, ser auténticos servidores de Dios: “Los pastores deben ser “cercanos a la gente, no a los grupitos de los poderosos, de los ideólogos. Estos nos envenenan el alma, no nos hacen bien”. El pastor, °°° “debe tener el poder y la autoridad que tenía Jesús: la humildad, la mansedumbre, la cercanía, la capacidad de compasión y la ternura”. Cuida tu salud: “Quien no vive para servir, no sirve para vivir”. Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.