9 de julio 2019. El Cardenal brasileño Raymundo Damasceno
Assis, Arzobispo Emérito de Aparecida, presidió este martes 9 de julio la Misa
por los 100 años de coronación de la Virgen de Chiquinquirá como Reina y
Patrona de Colombia. La coronación de esta advocación mariana se realizó en la
Plaza de Bolívar de Bogotá el 9 de julio de 1919. Ese día, en presencia del
Nuncio Apostólico y del presidente de Colombia Marco Fidel Suárez, Mons.
Eduardo Maldonado Calvo, entonces Obispo de Tunja, tomó las coronas y las puso
en las cabezas del Niño y de la Virgen mientras decía: “Así como hoy os coronamos en la tierra, así merezcamos ser coronados en
el Cielo”.
Para la conmemoración de este martes asistieron al Santuario
de Chiquinquirá, en el departamento de Tunja, diversas autoridades eclesiales y
civiles, como el presidente de Colombia, Iván Duque.
Antes de iniciar la
Eucaristía, el mandatario dirigió unas palabras a los miles de fieles
presentes.
“Vengo esta mañana como un peregrino. Vengo a rendirle honor
a la Patrona de nuestro país, a esta maravillosa Virgen que ha iluminado a
Colombia en todos los momentos, los de alegría, los difíciles, pero siempre ha
sabido guiar a esta nación por la senda del bien y en medio de las
adversidades”, dijo Duque.
El presidente expresó su deseo para que “surja una Colombia
de fe, una Colombia grande, una Colombia
de gente buena que hoy viene a rendirle tributo a su Virgen, a su Patrona,
a esta Virgen de Chiquinquirá que está presente en el corazón de toda la
nación”. “Vengo a pedirle a nuestra Patrona que ilumine a aquellos que han estado en el camino errático de la
violencia, para que dejen ese camino oscuro y vean el destino de la
legalidad y el destino de la concordia como la única forma de construir una verdadera
y genuina paz en todo el territorio”, continuó.
Tras alentar al cuidado de la casa común como un camino para
el desarrollo, el presidente pidió a la Patrona de Colombia “que siembre en cada hogar de nuestra Patria
un sentido de respeto fraterno y de devoción por la familia como núcleo de la
sociedad para que no tengamos más niños víctimas para que no veamos más
abusos en la tierna niñez arrebatando su inocencia, para que logremos que desde
la familia colombiana sembremos los
valores que deben perdurar en el tiempo”. Luego de pedirle a la Virgen “100
años más de protección para todos los colombianos”, el presidente terminó su
intervención con una oración que elevó a la Madre de Dios.
Al iniciar la Misa, el Nuncio Apostólico en Colombia, Mons.
Luis Mariano Montemayor, leyó la carta con la que el Papa Francisco nombró al
Cardenal Damasceno como su enviado especial para esta celebración.
“Fomentamos de corazón el culto a la Virgen María y gustosos
apoyamos las iniciativas que en todo el mundo surjan para aumentar la piedad a
la Madre de Dios. Insigne monumento de esta piedad hacia ella es el Santuario
Nacional edificado por los católicos en honor de Nuestra Señora de Chiquinquirá
en Colombia y visitado por multitud de peregrinos a lo largo de los siglos,
albergue de la milagrosa imagen de la Patrona de Colombia que nosotros mismos
hace dos años hemos venerado en Bogotá”, señala el Santo Padre en su carta.
En su carta, el Pontífice pide al Cardenal que promueva
entre los fieles la “asidua recitación del
Rosario y la constante devoción a la Santa Madre de Dios para que ella
obtenga de nuestro señor Jesucristo una vida recta, un acatamiento de la
voluntad divina, la paz, la reconciliación, la capacidad de perdonar, la
pacífica convivencia con todos y la confianza en el cumplimiento de las
promesas divinas”.
La homilía del
Cardenal Damasceno
“Al saludar con afecto quiero de modo especial manifestar mi
más sincero sentimiento de unidad a cada uno de los devotos, en la experiencia
genuina de su fe, que vienen a este noble santuario para celebrar los 100 años
de la coronación”, dijo el Cardenal Damasceno en su homilía este 9 de julio.
“Así como Dios me concedió la gracia de ser el Arzobispo de
Aparecida en Brasil, donde convivía con los devotos de Nuestra Señora
Aparecida, Patrona y Reina del Brasil, hoy así me siento aquí en Chiquinquirá,
un peregrino que ha venido a celebrar la Eucaristía y a rezar el Rosario con
ustedes, queridos devotos de la Virgen del Rosario de Chiquinquirá”. El
Cardenal brasileño dijo que “muchas veces rezar el Rosario en familia o en
comunidad es bastante difícil, pero quiero decirles que los efectos que esta oración causa en nosotros son de incalculable
beneficio”.
“Detenernos un poco para rezar el Rosario nos ayuda a
superar las situaciones difíciles que enfrentan nuestros tiempos”, subrayó. “El
rezo del Santo Rosario hace de nosotros personas mucho más contemplativas. Así
lo diría San Juan Pablo II (en 1978): ‘El
Rosario es mi oración predilecta, oración maravillosa en su profundidad’.
Tomemos confianza y en las manos el Rosario, descubriendo nuevamente la
Escritura, en armonía con la liturgia en el contexto de la vida cotidiana”.
El Cardenal agradeció a los dominicos que administran el
Santuario de la Virgen de Chiquinquirá, por hacerlo “un lugar de esperanza para
Colombia. Se han dedicado a propagar esta bella devoción como un espacio para los pobres, los simples y los pequeños”. “Como
enviado del Santo Padre Francisco, quiero
consagrar a esta nación a la Virgen de Chiquinquirá. ¡Cómo no detenernos
delante de esta imagen y suplicarle que siga sustentando y fortaleciendo al
pueblo colombiano!”, expresó.
El Arzobispo Emérito de Aparecida dijo que al celebrar este 2019
“el bicentenario de la independencia de Colombia podemos regocijarnos en el
Señor por este tiempo de gracia y júbilo. Podemos expresar que construir la paz es un verdadero motivo de
encuentro fraterno y solidario; y para ello necesitamos de la ayuda de
María nuestra Madre”.
Luego de dar la bendición apostólica, el Cardenal Damasceno
alentó a pedir “que la Virgen Santa de Chiquinquirá nos cubra con su manto y
nos ayude a rezar como lo hacemos ahora”. Fuente: Aciprensa. Redacción.