Evangelio
para el domingo 7 de julio 2019. « °°° Yo os envío como corderos en medio de
lobos. No carguéis dinero, provisiones ni calzado, ni os detengáis a saludar a
nadie en el camino. Cuando entréis a alguna casa, ante todo dad el saludo de
paz a los que en ella viven; y si hay allí quien se la merezca, vuestros deseos
de paz se cumplirán en él; si no, vosotros nada perderéis.” °°° Lucas 10, 1-12.
17-20. Se cumple una misión en nombre del Maestro. El éxito de la misión,
depende esencialmente de Dios, de su Gracia, de la acción del Espíritu Santo. Jesús
indica las condiciones y la pedagogía a seguir; su centro es la confianza plena
en lo que estamos realizando:
“estén alegres porque sus nombres estén inscritos
en el cielo”. (Lucas 10,20). El camino de la misión, se cumple en las personas
virtuosas: Humildes y sencillos de corazón. Aquellos que acepten a Cristo como
el único camino. Todos los senderos guardan su punto de convergencia al mismo
camino, cuando la Gracia y el Espíritu de Dios son el corazón, el alma, los
sentimientos y la vida del futuro apóstol del Reino de Dios. El objetivo es
anunciar el Reino de Dios.
Somos
enviados como ovejas en medio de lobos. Ciertamente que existen peligros en el
camino de la misión. El mismo Salvador del mundo propone hombres y mujeres
convencidos de su misión. El verdadero señor de este mundo, no es satanás, sino
Dios. San Juan Crisóstomo recomendaba: “Siempre que seamos corderos, venceremos
y aunque estemos rodeados de muchos lobos, conseguiremos superarlos.” El
profeta Isaías anunció la reconciliación definitiva: "Serán vecinos el
lobo y el cordero, y el leopardo se echará con el cabrito, el novillo y el
cachorro pacerán juntos, y un niño pequeño los conducirá." (Isaías 11,6).
Es muy cierto que con la fuerza de la Palabra de Dios, los males serán
vencidos.
Qué
más quisiéramos, que se pueda anunciar ese Reino en esta tierra colombiana
ensombrecida por la pobreza, la descomposición social, la falta de oportunidades,
las fuerzas maléficas que atentan contra la vida y dignidad de nuestros
hermanos. Necesitamos hombres y mujeres que deseen convertir su corazón a ese
Reino y ser los apóstoles en tantos caminos donde se puede sembrar la esperanza.
El Papa emérito, Benedicto XVI advertía: “Los cristianos no deben ceder nunca a
la tentación de convertirse en lobos entre lobos; el reino de paz de Cristo no
se extiende con el poder, con la fuerza, con la violencia, sino con el don de
uno mismo, con el amor llevado al extremo, también a los enemigos.” Cuida tu
salud: Construiremos el Reino de Dios, cuando seamos verdaderos hermanos y
vivamos en comunidad. Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.