16 de julio de 2019

NUESTRA SEÑORA DEL MONTE CARMELO. La fe y la devoción se abre paso.


16 de julio 2019. La Virgen, Stella Maris, tiene en esta advocación del Carmen una de las más bellas que se le han conferido. Ha sido adoptada por los valientes hombres y mujeres de la mar que van meciéndola entre las olas, mientras de sus gargantas brotan las notas de la Salve Marinera, esa oración que elevan al cielo y que les acompaña noche tras noche mientras faenan, plegaria que nubla los ojos y conmueve el corazón. Emoción y sentimiento, la devoción y la fe, se abren paso este día entre las sirenas de las embarcaciones y traineras tributando un sentido canto de amor a la Madre que es su guía y su luz, para dejarlo impreso en el aire perfumado del estío.

La tradición sitúa esta devoción en el Monte Carmelo, lugar de ancestral y rica historia eremítica, que tuvo su amparo en la Virgen María. En este monte, el profeta Elías vivió con esperanza la vuelta del pueblo de Israel al Dios de la vida, después de haberse apartado de Él.
Más tarde, además de su discípulo Eliseo, numerosos ermitaños moraron en las oquedades de la montaña llevando vida ascética. Ellos fueron secundados por sucesivas generaciones de monjes en los siglos II y III d.C. Tomando el testigo que dejaron estos venerables hombres de Dios, la Orden de los carmelitas, cuyo origen se halla en las laderas del monte, ha difundido la veneración por la Virgen del Carmen en todo el mundo, especialmente en los lugares donde fueron estableciéndose a través del tiempo. Se cuenta que cuando los sarracenos invadieron el Monte Carmelo, y los carmelitas se vieron obligados a abandonar el lugar, entonaron la Salve Regina a la Madre, y Ella se les apareció súbitamente asegurándoles que sería su Estrella del Mar. Las sedes del Apostolado del Mar radicadas en los establecimientos portuarios llevan este nombre de Stella Maris. Es así como los carmelitas, ya en la Edad Media, consideraban a la Madre de Dios.

Esta festividad se conmemora el 16 de julio porque un día como éste, pero de 1251, fecha no constatada pero acogida por la mayoría, la Virgen del Carmen, rodeada de ángeles, se le apareció al carmelita y general de la Orden, san Simón Stock; le hizo entrega de su escapulario, diciéndole: «Este será el privilegio para ti y todos los carmelitas; quien muriere con él no padecerá el fuego eterno, es decir, el que con él muriere se salvará». Él la denominó «Flor del Carmelo». En un inciso, cabe recordar que el pasado 29 de marzo en la sección “Santos y beatos, epopeyas de amor” de zenit, se dio cumplida cuenta de los orígenes de esta Orden al exponer la vida del beato Bertoldo del Monte Carmelo. Y el 16 de mayo la inserción de la biografía de san Simón Stock en la mencionada sección permitió matizar convenientemente lo relativo al escapulario y a la milagrosa aparición de la Virgen del Carmen.

Desde luego, los marineros españoles no tardaron en ponerse bajo el amparo de María bajo esta advocación, aunque la popularidad de esta festividad tiene un hito singular en el siglo XVIII cuando un almirante de Mallorca, Antonio Barceló Pont de la Terra, se convirtió en el máximo difusor de esta celebración. Hasta ese momento, el patrón de los marineros era san Telmo, pero a partir de esa fecha, la Virgen del Carmen, a la que se encomiendan depositando en Ella sus vidas tantas veces expuestas a las violentas tempestades, fue convirtiéndose en su patrona, como lo es de la Armada. Pero en otros países de Europa y de Latinoamérica también le profesan gran devoción y se hallan igualmente bajo su amparo y patronazgo. Tal como sucede en Argentina, Bolivia, Colombia, Costa Rica, Chile, Guatemala, Panamá, Perú y Venezuela, entre otros. Fuente: Isabel Orellana Vilches. Zenit org.

MARÍA SANTÍSIMA MODELO DE: FE, ESPERANZA Y CARIDAD
María Santísima custodiaba todas estas cosas, meditándolas en su Corazón. (Lucas 2,19). Aprovechando este momento de la celebración de Nuestra señora del monte Carmeno.
He querido organizar unos apuntes que nos sirvan para meditar sobre la importancia de la Santísima Virgen María, como modelo perfecto de vida cristiana. Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.    
MARIA ES LA VIRGEN OYENTE
La que escucha y acoge la Palabra de Dios. También la Iglesia escucha con fe, acoge y distribuye la Palabra a los fieles como pan de vida. (Marialis Cultus. 17)

MARIA ES LA VIRGEN ORANTE
La oración por excelencia de María es el Magnificat, y en Caná en favor de los necesitados. Y luego con la primera comunidad de Jerusalén. Virgen Orante es también la Iglesia que cada día presenta al Padre las necesidades de sus hijos (Marialis Cultus.18)
                       
MARIA ES LA VIRGEN MADRE
Es una prodigiosa maternidad por obra del Espíritu, constituida por Dios como “tipo” y “ejemplar” de la fecundidad de la Virgen Iglesia, - Iglesia Madre e Iglesia hija. (Marialis Cultus 19)

Bienaventurados los que escuchan la Palabra y la cumplen. Lucas 11,27.
Año Mariano en Ibagué.
Orientador: Padre, Jairo Yate Ramírez.  Año 2019

MARÍA ES DISCÍPULA POR EXCELENCIA

Quizás, todo empezó cuando “envió Dios al ángel Gabriel a una ciudad de Galilea, llamada Nazaret, a una virgen prometida con un hombre llamado José, de la familia de David; la virgen se llamaba María”. Y a su anuncia Ella, libre y voluntariamente, respondió “aquí tienes a la esclava del Señor, que se cumpla en mí tu palabra”.

María es madre y es discípula; y este “catecumenado” de María empieza bien temprano, prácticamente desde el nacimiento del Hijo, María va creciendo en su condición de Primera Cristiana, mientras medita en su corazón todo aquello que le va pasando. (cf. Lucas 1,29).

El Adviento de la Virgen María está marcado por las tres grandes virtudes teologales: Fe, Esperanza y Caridad

            La Virgen Santísima, tuvo una fe ejemplar. No ha existido criatura alguna que se pueda comparar a la fe de Nuestra Madre, ya que su vida requirió de su corazón una fe heroica capaz de poder responder en plenitud al misterio al cual se le llamó y en el cual siempre viviría.

Según el Evangelista San Lucas, la Virgen María se mueve exclusivamente en el ámbito de la fe.
Fe para creer que su Hijo, sería llamado hijo del Altísimo. El Dios hecho hombre, la Palabra encarnada

La fe se convierte para María en la única medida para abrazar no solo su propio misterio, sino el de su mismo hijo: un puro don que Dios le ha dado no para su gozo o su exaltación, sino para el bien de todo.

LA VIRGEN MARÍA SEGÚN LA SAGRADA ESCRITURA Lucas 2, 26-34

Ø  Llamada por Dios para cumplir la misión de ser Madre y esposa.
Ø  María es Agradable a los ojos de Dios: “Cómo es posible eso si yo no conozco varón. (cf. Lucas 1,34)
Ø   María es modelo que quien hace la voluntad de Dios: “Hágase en mí según tu Palabra” (Lucas 1,38)
Ø   María confía en su Hijo y se preocupa por los demás. (cf. Juan 2,1-5).
Ø  María Asume el dolor de su Hijo, gana el título de Corredentora “Ahí tienes a tu adre”cf.Juan19, 27)
Ø   María responde a la misión encomendada. Acompañó siempre a los apóstoles.  (cf. Hechos 1,14)
Ø   María Santísima se conserva como una mujer virtuosa:

1) Es una persona de fe y acepta la palabra de Dios.
2) Se destaca por ser obediente y muy generosa.
3) La caridad es la bandera de la Virgen (cf. Lucas 1,39-45).
4) María goza de ser sabia, se deja guiar por el Espíritu de Dios.
5) María es una mujer de oración.
6) María enseña la paciencia y la fortaleza ante el dolor. (cf. Juan 19,25).
7) María disfruta de su pobreza y confianza en el Señor. (cf. Lucas 2,7).
8) Siempre una mujer de la Esperanza (cf. Eclesiástico 24,24).
9) María es humilde frente a la misión que le encomendó Dios. (cf. Lucas 1,38).
10) María vive en castidad y pureza (cf. Lucas 1,27-34).
11)María es prudente, sabe agradarle a Dios (cf. Lucas 2, 46-51).

  MARÍA MODELO DE SANTIDAD

El Papa Francisco, propone seguir las enseñanzas de María Santísima, quien fue la fiel cumplidora de las bienaventuranzas: “Quiero que María corone estas reflexiones, porque ella vivió como nadie las bienaventuranzas de Jesús. Ella es la que se estremecía de gozo en la presencia de Dios, la que conservaba todo en su corazón y se dejó atravesar por la espada. Es la santa entre los santos, la más bendita, la que nos enseña el camino de la santidad y nos acompaña.

Ella no acepta que nos quedemos caídos y a veces nos lleva en sus brazos sin juzgarnos. Conversar con ella nos consuela, nos libera y nos santifica. La Madre no necesita de muchas palabras, no le hace falta que nos esforcemos demasiado para explicarle lo que nos pasa. Basta musitar una y otra vez: «Dios te salve, María…». (Gaudete et exsultate, 176)                
El Papa Francisco nos dice: “Lejos de querer entender o adueñarse de la situación, María es la mujer que sabe conservar, es decir proteger, custodiar en su corazón el paso de Dios en la vida de su Pueblo. Desde sus entrañas aprendió a escuchar el latir del corazón de su Hijo y eso le enseñó, a lo largo de toda su vida, a descubrir el palpitar de Dios en la historia... (Vaticano 1 de enero 2017).

“María es la que sabe transformar una cueva de animales en la casa de Jesús, con unos pobres pañales y una montaña de ternura. Ella es la esclavita del Padre que se estremece en la alabanza. Ella es la amiga siempre atenta para que no falte el vino en nuestras vidas... (Papa Francisco. Evangelii Gaudium 286). 

“Porque cada vez que miramos a María volvemos a creer en lo revolucionario de la ternura y del cariño. En ella vemos que la humildad y la ternura no son virtudes de los débiles sino de los fuertes, que no necesitan maltratar a otros para sentirse importantes.  (Papa Francisco. Evangelii Gaudium 288).

 Para crecer en la ternura, en la caridad respetuosa y delicada, nosotros tenemos un modelo cristiano a quien dirigir con seguridad nuestra mirada. Es la Madre de Jesús y Madre nuestra, atenta a la voz de Dios y a las necesidades y dificultades de sus hijos.

María, animada por la divina misericordia, que en ella se hace carne, se olvida de sí misma, y con ternura va al encuentro de los necesitados. Por eso es la Madre de todos los enfermos y de todos los que sufren (…) El que está bajo la cruz con María, aprende a amar como Jesús”. (Papa Francisco. Mensaje para la Jornada Mundial del Enfermo 2014).