23 de abril de 2020

LA RESURRECCIÓN PROVOCA LA EVANGELIZACIÓN


Evangelio para el domingo 26 de abril 2020. °°° « Dos discípulos de Jesús iban andando aquel mismo día, el primero de la semana, a una aldea llamada Emaús, distante unas dos leguas de Jerusalén; iban comentando todo lo que había sucedido. Mientras conversaban y discutían, Jesús en persona se acercó y se puso a caminar con ellos. Pero sus ojos no eran capaces de reconocerlo.  Él les dijo: -« ¿Qué conversación era esa que traían mientras iban de camino?»°°° Lucas 24, 13-35).  Padre; Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.
Las apariciones de Jesús llevan consigo el objetivo de invitar a la humanidad creyente a dilucidar y continuar la obra que Él inició y dejó fundada en el seno de los apóstoles. 

El resucitado insiste y reafirma la importancia de llevar a cabo sus deseos, porque del anuncio de su Palabra, de la certeza de su mensaje, de la preocupación e interés de los apóstoles, va a surgir la Iglesia comunidad de creyentes, conjunto de hombres y mujeres que con su interés y disponibilidad permitirán que la obra de Dios continúe para el bien de la sociedad. La misma resurrección provoca una serie de impactos ante todos aquellos que estaban acostumbrados a estar con su Maestro. La cruz y la muerte del Salvador, pone a pensar a algunos: enseña el hermeneuta bíblico: el temor y el desconsuelo se apoderan de la mente y el corazón. Los impactos son normales en nosotros; lo anormal, es olvidar las enseñanzas del Hijo de Dios. La experiencia con Jesús resucitado, disipa los temores. Su Palabra aclara la misión. Su presencia, abre el entendimiento. Su Eucaristía forma y revitaliza la comunidad. Una sola frase del Evangelio lo define todo: “Qué necios y torpes son para creer lo que anunciaron los profetas! ¿No era necesario que el Mesías padeciera esto para entrar en su gloria?» Lucas 24, 25-26).


           El Papa Francisco, “piensa que Jesucristo a través de sus palabras, sus gestos, y explicaciones, realiza una excelente terapia con los discípulos de Emaús.”  Y hablando de terapia, parodiamos esa ciencia en su objetivo de cuidar, atender, aliviar. Algo así sucede con la evangelización: El primer paso es escuchar las personas. El segundo, iluminar su mente con la misma Palabra de Dios. El tercer paso, celebrar y compartir la vida en comunidad. (Eucaristía). El resultado es perfecto, dice la Escritura: Los discípulos exclamaron: “Era verdad, ha resucitado el Señor y se ha aparecido a Simón.» y ellos contaron lo que les había pasado por el camino y cómo lo habían reconocido al partir el pan.” Cuida tu salud: Quien cree en el resucitado se convierte en un buen discípulo.