Evangelio
para el domingo 28 de abril 2019. « °°° El día de la resurrección, primer día
de la semana, por la tarde, estaban en casa los discípulos con las puertas
trancadas por miedo a los judíos, cuando
se presentó Jesús, se colocó en medio de ellos y les dijo: « ¡Os traigo la
paz!» Dicho esto, les mostró las manos y el costado. Los discípulos se
alegraron al ver al Señor. Jesús repitió: « ¡Os traigo la paz! Así como el
Padre me envió, os envío yo.» En seguida sopló sobre ellos y les dijo: Recibid
el Espíritu Santo”. °°° Juan 1, 9-11.12-13.17-19. “Si cristo no hubiese resucitado, vana sería
nuestra fe”. (1 Corintios 15,14).
Diría
nuestro apóstol san Pablo. Nos ubicamos en el contexto del espíritu del
resucitado. La fe en el resucitado. Los principios cristianos según el
resucitado. Es “Conditio sine qua non”
creer en el resucitado. Es obligatorio. Beneficio para nuestro crecimiento espiritual, para la
comprensión de la Iglesia, para la misión que cada cual pueda realizar, como
testigo de Aquel que resucitó entre los muertos.
Nos cuesta mucho aprender a caminar
de la mano de Aquel que superó la muerte, superó el pecado, superó el tiempo y
nos dio vida nueva manifestándose como el que está vivo. La tumba está vacía: ¿Por
qué temores?, ¿Por qué dudas?. ¿Por qué
no tomamos conciencia de la acción del Espíritu Santo? ¿Por qué muchos dudan de
la gracia de Dios? Se hace obligatorio aprender el criterio divino del
resucitado: “No seas incrédulo, sino creyente”. Razón tenía el santo obispo de
Hipona, cuando aclaró: “Debes creer, para que puedas entender”. Aclarará la
Sagrada Escritura: “Dichosos los que crean sin haber visto” (Juan 20,29).
La
resurrección trae consigo los dones y las Gracias de Dios para la nueva vida
del mundo: Aparece la paz como un Gracia de Dios y responsabilidad nuestra cultivarla “Paz a vosotros”. Se inicia una
misión: hombres y mujeres somos enviados a proclamar ese mensaje de
reconciliación y unidad “Así como el Padre me ha enviado, así os envío yo”. El
Espíritu Santo cumple la misión de darnos la sabiduría y la fortaleza para
continuar la obra que Cristo dejó “Dicho esto, exhaló su aliento sobre ellos y
les dijo: recibid el Espíritu Santo”. El poder de perdonar pecados emana de la
inmensa misericordia del resucitado. “A quienes les perdonéis los pecados, les
quedarán perdonados” Los pecados se perdonan en nombre de Cristo. El amor de
Dios se muestra condescendiente ante la debilidad humana: Jesucristo permite
una experiencia directa con Dios. “Trae tu dedo mira mis manos” (Juan 20, 30).
El Papa Francisco propone renovarnos en la fe: “La fe necesita ir de nuevo a
Galilea, reavivar el primer amor con Jesús, su llamada: recordarlo, es decir,
literalmente volver a Él con el corazón. Es esencial volver a un amor vivo con
el Señor, de lo contrario se tiene una fe de museo, no la fe de pascua”. Cuida
tu salud: El verdadero creyente no necesita grandes explicaciones. Padre, Jairo
Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.