9 de abril de 2019

EXTRAÑA OBSESIÓN. °°°


9 de abril 2019. EXTRAÑA OBSESIÓN. Padre, Mario García Isaza. Formador. Seminario mayor, Ibagué (Colombia). Desde hace bastante tiempo, el diario capitalino EL ESPECTADOR, que otrora fue órgano de opinión serio, cuyas columnas realmente gravitaban en el quehacer y en el pensamiento de los colombianos, ha venido mostrando una extraña obsesión, que raya casi en la paranoia. Movido por no sé qué intereses, se ha convertido en el órgano obsecuente de la sombría campaña que trata de ir imponiendo en la sociedad colombiana una mentalidad diametralmente opuesta a la visión cristiana del hombre, de la vida, de la familia, de la educación, de la ley natural,
del auténtico humanismo. Parece que no existieran temas más importantes ni asuntos más urgentes a los cuales dedicar sus columnas de opinión, que el estimular las ideas y los comportamientos que favorecen los desórdenes morales, que arrasan  los fundamentos de la ética social cristiana, que destruyen los cimientos sobre los que descansa una sociedad impregnada de valores, como ha sido la nuestra.

Vean ustedes algo de lo que uno encuentra en sus páginas en el curso de unos pocos días; cito sólo los títulos de artículos destacados. El 26 de marzo, “Ofensiva desde la oscuridad”, subsignado por doña Cristina de la Torre, que ataca a quienes propugnan por la defensa de la familia como la establece la ley natural; ese mismo día, marzo 26, de doña Laura Ospina, “LGBTI, sin espacio en el Plan de desarrollo”, toda una página para reivindicar supuestos derechos desconocidos en los proyectos del gobierno; dos días después, marzo 28, el editorial :”¿Que la tierra es plana?”, una maliciosa y muy superficial presentación del mismo tema; en la misma fecha, marzo 28, con la firma de doña Catalina Ruiz Navarro, “Corte ordena eliminar las barreras al aborto”. El 31 del mismo mes, nuevamente en columna editorial, “¿Quién le teme a la educación sexual?”; y el domingo 7 de abril, editorial otra vez:”La cumbre del oscurantismouna diatriba contra las deliberaciones de un grupo que defiende valores emanados de la ley natural en materia de sexualidad, educación, familia….Parece una obsesión, ¿o no?

Todos esos artículos son una exhibición de la monserga de los corifeos de la ideología de género en sus diversas vertientes. Y están, como siempre, plagados de verdades a medias, de ambigüedades intencionales, de eufemismos cobardones que sirven para no llamar las cosas por su nombre, de la pretensión impertinente  de atribuir categoría de “derechos” a abusos que no lo son ni pueden serlo, de alusiones intencionalmente denigrantes contra los defensores de la ley natural y de la ética cristiana, de epítetos ladinamente escogidos con que nos identifican, a quienes defendemos los principios y no los consideramos negociables,  como cavernícolas, como retrógrados, como enemigos de la modernidad y del progreso, como sostenedores del más obcecado oscurantismo. IVE, para no hablar de aborto o de infanticidio intrauterino; muerte digna, para no mencionar el suicidio asistido ni hablar de dar muerte al enfermo terminal; derecho de la mujer sobre su cuerpo, para no aludir al crimen que consiste en disponer de una vida que se gesta en sus entrañas; modernidad, progreso, avances, sociedad incluyente, educación para la diversidad, para no hablar del abandono y el rechazo de las normas y exigencias de una ética social, ni reconocer la decadencia moral y humana que esas aberraciones desnudan; familias diversas, familias monoparentales, matrimonios unisexuales, para legitimar realidades que contravienen lo que Dios ha establecido.
Contra esa ofensiva inmoral y anticristiana, una vez más, alcemos nuestra voz; no nos dejemos permear por los antivalores y las falacias  que así se pregonan; sigamos creyendo y defendiendo lo que estableció, en su ley positiva y en la ley natural, el Dios que es único dueño de la vida, el Dios que nos creó, hombres y mujeres, a su imagen y semejanza; el Dios que es el origen de toda paternidad y maternidad; el Dios que, en Jesucristo, nos hizo sus  hijos; el Dios sin cuya presencia y sin cuya ley el hombre y la sociedad ruedan hacia el abismo y la disolución. Correo del autor:  magarisaz@hotmail.com