6 de agosto 2019. La Iglesia Católica celebra la Transfiguración del
Señor, que ocurrió en presencia de los apóstoles Juan, Pedro y Santiago. Es
aquí donde Jesús conversa con Moisés y
Elías, y se escucha desde una nube la voz de Dios Padre que dice “Éste es mi
Hijo, el amado, mi predilecto. Escuchadlo” (Lucas. 9, Marcos. 9, Mateo. 17).
En el Catecismo de la Iglesia Católica (555), en referencia
al pasaje bíblico, se menciona que “por un instante, Jesús muestra su gloria
divina, confirmando así la confesión de Pedro. Muestra también que para ‘entrar
en su gloria’ (Lucas 24, 26), es
necesario pasar por la Cruz en Jerusalén”.
“Moisés y Elías habían visto la gloria de Dios en la
Montaña; la Ley y los profetas habían anunciado los sufrimientos del Mesías
(cf. Lucas 24, 27). La Pasión de Jesús es la voluntad por excelencia del
Padre”, señala el Catecismo.
Asimismo recuerda las palabras de Santo Tomás de Aquino,
quien afirmó que en este acontecimiento
“apareció toda la Trinidad: el Padre en la voz, el Hijo en el hombre, el
Espíritu en la nube luminosa”.
Según el relato evangélico, la Transfiguración ocurrió en un
monte alto y apartado llamado Tabor (Israel) que en hebreo significa “el abrazo
de Dios”.
San Jerónimo comentaba este episodio de la vida de Jesús con
mucho fervor y añadía incluso palabras en la boca de Dios Padre para explicar
la predilección de Jesús. “Este es mi Hijo, no Moisés ni Elías. Éstos son mis
siervos; aquel, mi Hijo. Éste es mi Hijo: de mi misma naturaleza, de mi misma
sustancia, que en Mí permanece y es todo lo que Yo soy. También aquellos otros
me son ciertamente amados, pero Éste es mi amadísimo. Por eso escuchadlo”,
decía el Santo. “Él es el Señor, estos otros, los consiervos. Moisés y Elías
hablan de Cristo. Son consiervos vuestros. No
honréis a los siervos del mismo modo que al Señor: prestad oídos sólo al Hijo
de Dios”, añadía.
Cuando la Transfiguración acabó, Pedro, quien había dicho
“Señor, ¡qué bien se está aquí!”, desciende sin comprender lo que ha pasado.
Por ello San Agustín, en un sermón, se dirigirá al Primer Pontífice con
palabras de reflexión, que en realidad se convierten en una interpelación para
cada cristiano del mundo de hoy: “Desciende (tú, Pedro) para penar en la
tierra, para servir en la tierra, para ser despreciado y crucificado en la
tierra. La Vida desciende para hacerse matar; el Pan desciende para tener
hambre; el Camino desciende para fatigarse andando; la Fuente desciende para
sentir la sed; y tú, ¿vas a negarte a sufrir?”
HOMILÍA DEL PAPA
FRANCISCO. “Un trozo del cielo en la tierra”
“El sufrimiento no es un sadomasoquismo, es un pasaje
necesario, pero transitorio”. Con esas palabras explicó el Papa Francisco,
durante el rezo del Ángelus Regina Coeli, en qué consiste la perspectiva
cristiana del sufrimiento. El Santo Padre dedicó sus palabras a reflexionar
sobre el episodio evangélico de la Transfiguración. (Lucas 9, 28b-36). Francisco explicó que “Jesús concedió a los discípulos Pedro, Santiago y Juan experimentar la
gloria de la Resurrección: un trozo de cielo en la tierra”. Señaló que “la
Transfiguración se produce en un momento muy concreto de la misión de Cristo,
esto es, después de que Él hubiera confiado a los discípulos que debería sufrir
mucho, ser asesinado y resucitar al tercer día”.
“Jesús sabe que ellos no aceptan esa realidad y, por ello,
quiere prepararlos para soportar el
escándalo de la Pasión y de la muerte en la Cruz, porque sabe que ese es el
camino por medio del cual el Padre celeste llevará a la Gloria a su Hijo
elegido: resucitándolo de entre los muertos”. Ese camino “también será el
camino de los discípulos: ninguno llega a la vida eterna si no es siguiendo a
Jesús, llevando su propia Cruz en la vida terrena”. Por lo tanto, explicó, “la Transfiguración de Cristo nos muestra la
perspectiva cristiana del sufrimiento: no es un sadomasoquismo, el
sufrimiento, es un pasaje necesario, pero transitorio. El punto de llegada al
que estamos llamados es luminoso como el rostro de Cristo transfigurado: en Él
está la salvación, la santidad, la luz, el amor de Dios sin límites”.
“Mostrando su gloria”, continuó el Papa Francisco, “Jesús nos asegura que la Cruz, las pruebas,
las dificultades en las cuales nos encontramos, tienen su solución y su
superación en la Pascua”. Por ello, “en esta Cuaresma debemos subir también
nosotros al monte con Jesús. ¿De qué modo? Con la oración. Permanezcamos
algunos momentos en recogimiento, fijando la mirada interior en su rostro y
dejemos que su luz nos alcance y que irradie en nuestra vida”.
“En cuántas ocasiones nos hemos encontrado con personas que
iluminan, que sale luz de sus ojos, que tienen ese rostro luminoso, y rezan, y
la oración hace eso: te da ese rostro luminoso con la luz del Espíritu Santo”,
destacó Francisco. El Papa finalizó su reflexión previa al Ángelus animando a
dar “espacio a la oración y a la Palabra de Dios que, abundantemente, la
liturgia nos propone en estos días”. Fuente: Aciprensa. Redacción. 17 de marzo
2019.
HOMILÍA DEL PAPA SAN JUAN
PABLO II (6 de agosto 2001).
La solemnidad de la Transfiguración, que celebramos hoy,
cobra para nosotros, en Castelgandolfo, un carácter íntimo y familiar desde
que, hace veintitrés años, mi inolvidable predecesor el siervo de Dios Pablo VI
concluyó precisamente aquí, en este palacio apostólico, su existencia terrena. Mientras la liturgia invitaba a contemplar
a Cristo transfigurado, él terminaba su camino en la tierra y entraba en la
eternidad, donde el rostro santo de Dios brilla en todo su esplendor. Por
tanto, este día está vinculado a su memoria, envuelta por el singular misterio
de luz que irradia esta solemnidad.
Ese venerado Pontífice solía subrayar también el aspecto
"eclesial" del misterio de la Transfiguración. Aprovechaba cualquier
ocasión para poner de relieve que la Iglesia,
cuerpo de Cristo, participa por gracia en el mismo misterio de su Cabeza.
"Yo quisiera -exhortaba a los fieles- que fueseis capaces de entrever en
la Iglesia la luz que lleva dentro, de descubrir a la Iglesia transfigurada, de
comprender todo lo que el Concilio ha expuesto tan claramente en sus
documentos". "La Iglesia -añadía- encierra una realidad misteriosa,
un misterio profundo, inmenso, divino. (...) La Iglesia es el sacramento, el signo sensible de una realidad
escondida, que es la presencia de Dios entre nosotros" (Homilía
durante la misa celebrada en la parroquia de San Pedro Damián, 27 de febrero de
1972: L'Osservatore Romano, edición en lengua española, 5 de marzo de 1972, p.
4).
Estas palabras muestran su extraordinario amor a la Iglesia.
Esa fue la gran pasión de toda su vida. Que Dios nos conceda a todos y cada uno
servir fielmente, como él, a la Iglesia, llamada hoy a una nueva y audaz
evangelización. Eso es lo que pediremos al Señor durante esta santa eucaristía
por intercesión de María, Madre de la Iglesia y Estrella de la nueva
evangelización.
ROSARIO DE LA
TRANSFIGURACIÓN
El Credo
¡ Oh Luz gozosa de la santa gloria del Padre celeste,
inmortal, santo y feliz Jesucristo!.
Al llegar el ocaso del sol, contemplando la luz de la tarde,
cantamos al Padre y al Hijo y al Espíritu de Dios.
Tú eres digno de ser alabado siempre por santas voces. Hijo
de Dios, que nos das la vida, el universo proclama tu gloria.
Oración inicial para todos los días
Padre Eterno concédenos la gracia de recibir el Espíritu
Santo que transfigura nuestra vida, nuestros actos, nuestros pensamientos en
Jesús, Camino, Verdad y Vida; que nuestro cuerpo sea iluminado por la Presencia
de la Santísima Trinidad.
EN LA PRIMERA DECENA CONTEMPLAMOS LA VOZ DEL PADRE
Se oyó una voz que decía desde la nube: «Este es mi Hijo muy
querido, en quien tengo puesta mi predilección: escúchenlo». Lc 9,35
ORACIÓN
Padre lleno de amor, tú que te manifestaste haciendo oir tu
voz, haz que tus pastores escuchen siempre fielmente la voz de tu Hijo amado.
Padre Nuestro...
Dios te salve María (x10)
Gloria al Padre
JACULATORIA
Que tu luz, Señor, nos haga ver la luz.
EN LA SEGUNDA DECENA CONTEMPLAMOS LA PRESENCIA DEL ESPÍRITU SANTO
Pedro,...todavía estaba hablando, cuando una nube luminosa
los cubrió con su sombra, y se oyó una voz desde la nube. Mt 17,5
ORACION
Tú qué hiciste que del seno de las tinieblas brillara la luz
y has hecho brillar nuestros corazones para que contemplaran tu gloria en el
rostro de Cristo, haz que tu Iglesia viva atenta a la contemplación de las
maravillas de tu Hijo amado.
Padre Nuestro...
Dios te salve María (x10)
Gloria al Padre
JACULATORIA
Que tu luz, Señor,
nos haga ver la luz.
EN LA TERCERA DECENA CONTEMPLAMOS LA
DIVINIDAD DE JESÚS
Allí se transfiguró en presencia de ellos: su rostro
resplandecía como el sol y sus vestiduras se volvieron blancas como la
luz. Mt 17, 2
ORACION
Tú que nos has llamado, ilumina a todas las familias con el
Evangelio, para que lleguen al conocimiento de la vida eterna.
Padre Nuestro...
Dios te salve María (x10)
Gloria al Padre
JACULATORIA
Que tu luz, Señor, nos haga ver la luz.
EN EL CUARTO MISTERIO CONTEMPLAMOS EL MISTERIO DE LA MUERTE Y RESURRECCIÓN
Los discípulos cayeron con el rostro en tierra, llenos de
temor. Jesús se acercó a ellos y, tocándolos, les dijo: «Levántense, no tengan
miedo». Cuando alzaron los ojos, no vieron a nadie más que a Jesús solo. Mt 17, 6-8
ORACION
Padre amantísimo, tú que has querido llamarnos hijos tuyos y
que lo fuéramos en verdad, haz que, cuando Cristo se manifieste en su gloria,
nosotros seamos semejantes a él.
Padre Nuestro...
Dios te salve María (x10)
Gloria al Padre
JACULATORIA
Que tu luz, Señor, nos haga ver la luz.
EN LA QUINTA DECENA CONTEMPLAMOS LA PROMESA DE LA GLORIA
FUTURA
Mientras bajaban del monte, Jesús les ordenó: «No hablen a
nadie de esta visión, hasta que el Hijo del hombre resucite de entre los
muertos». Mt 17, 9
ORACION
Señor, tú que nos nutres de lo sabroso de tu casa y nos das
a beber del torrente de tus delicias, haz que los jóvenes y niños sepan
contemplar en la gloria de tu Hijo transfigurado nuestra futura condición
gloriosa.
Padre Nuestro...
Dios te salve María (x10)
Gloria al Padre
JACULATORIA
Que tu luz, Señor, nos haga ver la luz.
OREMOS POR LAS INTENCIONES DEL SANTO PADRE FRANCISCO
Padre Nuestro
Ave María (X3)
Gloria
Salve
LETANÍAS AL SANTÍSIMO NOMBRE DE JESÚS
Señor, ten piedad de nosotros Señor, ten piedad de nosotros
Cristo, ten piedad de nosotros Cristo, ten piedad de nosotros
Señor, ten piedad de nosotros Señor, ten piedad de nosotros
Jesús, óyenos Jesús, óyenos
Jesús, escúchanos Jesús, escúchanos
Dios, Padre celestial, ten piedad de nosotros
Dios, Hijo Redentor del mundo, ten piedad de nosotros
Dios, Espíritu Santo,
Santísima Trinidad, un solo Dios, ten piedad de nosotros
Jesús, Hijo de Dios vivo,
ten piedad de nosotros
Jesús, esplendor del Padre,
ten piedad de nosotros
Jesús, pureza de la luz eterna, ten piedad de nosotros
Jesús, rey de la gloria,
ten piedad de nosotros
Jesús, sol de justicia,
ten piedad de nosotros
Jesús, hijo de la Virgen María, ten piedad de nosotros
Jesús, amable, ten
piedad de nosotros
Jesús, admirable, ten
piedad de nosotros
Jesús, Dios fuerte, ten
piedad de nosotros
Jesús, Padre del siglo futuro, ten piedad de nosotros
Jesús, mensajero del plan divino, ten piedad de nosotros
Jesús, todopoderoso, ten
piedad de nosotros
Jesús, pacientísimo, ten
piedad de nosotros
Jesús, obedientísimo, ten piedad de nosotros
Jesús, manso y humilde de corazón, ten piedad de nosotros
Jesús, amante de la castidad, ten piedad de nosotros
Jesús, amador nuestro
ten piedad de nosotros
Jesús, Dios de paz ten
piedad de nosotros
Jesús, autor de la vida,
ten piedad de nosotros
Jesús, modelo de las virtudes, ten piedad de nosotros
Jesús, celoso de la salvación de las almas, ten piedad de
nosotros
Jesús, nuestro refugio,
ten piedad de nosotros
Jesús, padre de los pobres, ten piedad de nosotros
Jesús, tesoro de los fieles,
ten piedad de nosotros
Jesús, pastor bueno, ten
piedad de nosotros
Jesús, verdadera luz,
ten piedad de nosotros
Jesús, sabiduría eterna,
ten piedad de nosotros
Jesús, bondad infinita,
ten piedad de nosotros
Jesús, camino y vida nuestra, ten piedad de nosotros
Jesús, alegría de los ángeles, ten piedad de nosotros
Jesús, rey de los patriarcas, ten piedad de nosotros
Jesús, maestro de los apóstoles, ten piedad de nosotros
Jesús, doctor de los evangelistas, ten piedad de nosotros
Jesús, fortaleza de los mártires, ten piedad de nosotros
Jesús, luz de los confesores, ten piedad de nosotros
Jesús, pureza de las vírgenes, ten piedad de nosotros
Jesús, corona de todos los santos, ten piedad de nosotros
Senos propicio;
perdónanos, Jesús.
Senos propicio;
perdónanos, Jesús.
Senos propicio;
escúchanos, Jesús.
De todo mal,
líbranos Jesús.
De todo pecado, líbranos
Jesús
De tu ira, líbranos Jesús
De las asechanzas del demonio, líbranos Jesús
Del espíritu impuro, líbranos Jesús
De la muerte eterna, líbranos
Jesús
Del menosprecio de tus inspiraciones, líbranos Jesús
Por el misterio de tu santa encarnación, líbranos Jesús
Por tu natividad, líbranos
Jesús
Por tu infancia, líbranos Jesús
Por tu vida divina, líbranos Jesús
Por tus trabajos, líbranos Jesús
Por tu agonía y pasión, líbranos Jesús
Por tu cruz y desamparo, líbranos Jesús
Por tus sufrimientos, líbranos Jesús
Por tu muerte y sepultura, líbranos Jesús
Por tu resurrección, líbranos Jesús
Por tu ascensión, líbranos Jesús
Por tu institución de la santísima eucaristía, líbranos
Jesús
Por tus gozos, líbranos
Jesús
Por tu gloria, líbranos
Jesús
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, perdónanos, Jesús.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, óyenos, Jesús.
Cordero de Dios, que quitas los pecados del mundo, ten piedad de nosotros.
Jesús, óyenos.
Jesús, óyenos.
Jesús, escúchanos.
Jesús, escúchanos.
ORACIÓN FINAL
Dios nuestro, que en la Transfiguración gloriosa de tu Hijo
unigénito fortaleciste nuestra fe con el testimonio de Moisés y Elías y nos
dejaste entrever la gloria que nos espera como hijos tuyos, concédenos seguir
el Evangelio de Cristo para compartir con Él la herencia de tu Reino. Por
nuestro Señor Jesucristo. Fuente:
Aciprensa. Redacción.