7 de septiembre 2019. Discurso del Papa Francisco a los
obispos de la Conferencia Episcopal de Madagascar: “el verdadero pastor no exige más de la cuenta, no menosprecia
resultados aparentemente más pobres”. En su discurso de este 7 de septiembre en
la Catedral de Andohalo, el Pontífice recordó a los obispos la importancia de
ser pastores que siembren esperanza, les pidió no caer en la mundanidad, ni el
control, y también les pidió discernir bien sobre los candidatos al sacerdocio.
Además, el Papa recordó el lema elegido para esta visita
apostólica “Sembrador de paz y de esperanza” y dijo que “puede ser un eco de la
misión que se nos ha encomendado. Porque somos sembradores, y el que siembra lo hace con esperanza;
lo hace asentado en su esfuerzo y entrega personal, pero sabiendo que hay
infinidad de factores que deben concurrir para que lo sembrado germine, crezca,
se convierta en espiga y finalmente en trigo abundante”.
“El sembrador cansado
y preocupado no baja los brazos, no abandona y menos aún quema su campo
cuando algo se malogra. Sabe esperar, confía, asume las contrariedades de su
siembra, pero jamás deja de amar aquel campo encomendado a su cuidado; incluso
si viene la tentación, tampoco escapa encomendándoselo a otro”, afirmó el Papa.
Por ello, Francisco alentó a “dar lo mejor de sí” y a los obispos ser “imagen
del Sembrador” para “esparcir las semillas de la fe y la esperanza en esta
tierra”.
“Sé que tienen muchas razones para preocuparse y que, entre
otras cosas, llevan en el corazón la responsabilidad de velar por la dignidad
de todos sus hermanos que reclama construir una nación cada vez más solidaria y
próspera, dotada de instituciones sólidas y estables”, reconoció el Papa.
En esta línea, el Santo Padre instó a “la colaboración madura e independiente entre la Iglesia y el Estado es
un desafío permanente” y remarcó “este es el desafío: que sea madura e
independiente”.
También, el Papa Francisco señaló la importancia de la
espera “con paciencia cristiana a la semilla esparcida, sabiendo por otra parte
que no estamos a cargo ni somos responsables de todo el proceso. No se puede. El sembrador no va cada día a excavar la
tierra a ver cómo crece la semilla”.
“Un pastor, que
siembra, evita controlarlo todo. Los pastores controladores no dejan
crecer. El pastor que siembra da espacio para las iniciativas, deja crecer en
distintos tiempos, no todos tienen el mismo tiempo de crecimiento, y no
estandariza. La uniformidad no es vida. La vida es variada. Cada uno tiene su
propio modo de ser, de crecer, de ser persona. La uniformidad no está concebida
de ese modo un camino cristiano”, explicó. De este modo, el Papa advirtió el
peligro de los pastores controladores y afirmó que “el verdadero pastor; no
exige más de la cuenta, no menosprecia
resultados aparentemente más pobres”
El pastor es como el
portero de fútbol
Y realizó esta comparación: “el pastor es como el portero
del equipo de fútbol: toma el balón de donde se lo echan. Sabe moverse, sabe
tomar la libertad de donde viene. Y luego corrige. Pero en el momento toma la
vida como viene. Eso es amor de pastor”. También, el Pontífice solicitó tener
“fidelidad al Evangelio” para ser “pastores cercanos al pueblo de Dios,
comenzando por nuestros hermanos sacerdotes —que son nuestro prójimo más
prójimo— que deben recibir un cuidado especial de nuestra parte”.
Y nuevamente improvisando, el Papa afirmó: “Aquí me permito
salir del texto para hablar de la cercanía del pastor. El pastor debe ser
cercano a Dios, cercano a sus sacerdotes y cercano al pueblo. Las tres
cercanías del pastor. El pastor que se
aleja del pueblo, que pierde el olor del pueblo… Es como un funcionario de
corte, de corte Pontificia, eso es importante, pero de corte, al final. Y
eso no sirve”, expresó.
Discernir bien las
vocaciones
En este sentido, Francisco remarcó “el deber urgente” de los
pastores ante la calidad de los trabajadores, es decir, la importancia de
acompañar y discernir “especialmente con respecto a las vocaciones a la vida
consagrada y al sacerdocio… En esto les recomiendo estar atentos”.
“¡No se dejen engañar
por la necesidad de los números! Como tenemos necesidad de sacerdotes, tomo
sin necesidad de discernimiento… Creo que por su parte no es muy común porque
tienen vocaciones y esa libertad de acudir al discernimiento. Pero en algunos
países de Europa es lamentable. La falta de vocaciones empuja al Obispo a tomar
de allí, de allí, de allí…, sin ver la vida cómo era, y toman descartados de
otros seminarios, descartados de la vida religiosa, que han sido descartados
por inmorales, o por otras deficiencias. Por favor, estén atentos. ¡No hagan entrar el lobo en el rebaño!”,
exclamó el Papa.
En este sentido, el Santo Padre recomendó: “por favor, no clericalicen a los laicos.
Los laicos son laicos. Yo escuché en la anterior diócesis propuestas como esta:
‘Señor Obispo, yo tengo en la parroquia un laico maravilloso. Trabaja,
organiza, todo… ¡Lo hacemos diácono!’ ¡No! ¡Déjalo ahí! ¡No le arruines la
vida! ¡Déjalo de laico!”, afirmó.
Finalmente, el Papa envió un saludo especial “a los
sacerdotes, religiosos y religiosos que están enfermos o muy afectados por la
vejez” y los animó a ir a visitarlos para asegurarlos en sus oraciones y
cuidarlos “con ternura, sosteniéndolos en esa hermosa misión de la
intercesión”.
Finalmente, el Papa recordó a las dos mujeres que custodian
esta Catedral a quienes se encomendó especialmente: “en la capilla de al lado
descansan los restos de la beata Victoria Rasoamanarivo, que supo hacer el
bien, custodiar y extender la fe en tiempos difíciles; y la imagen de la Virgen
María que con sus brazos abiertos hacia el valle y las colinas, parece
abrazarlo todo”. “A ellas le pedimos que ensanchen siempre nuestro corazón, que
nos enseñen la compasión de las entrañas maternas que la mujer y Dios sienten
ante los olvidados de la tierra y nos ayuden a sembrar paz y esperanza”,
concluyó. Fuente: Aciprensa. Mercedes de la Torre.