Evangelio
para el domingo 15 de septiembre 2019. « °°° Todos los recaudadores y pecadores
se acercaban a escuchar a Jesús. Los fariseos y los escribas empezaron a
criticarlo. Decían: este hombre acepta a los pecadores y hasta come con ellos.»
Jesús les dijo esta parábola: «Si uno de vosotros tiene cien ovejas, y se le
pierde una, ¿no deja las otras noventa y nueve en el campo, y se va a buscar la
que se le perdió hasta que la encuentra? y apenas la encuentra, seguro que se
la echa a los hombros lleno de alegría °°° Lucas 15, 1-10.
Habrá
más alegría en el cielo por un solo pecador que se convierta. Es la consigna de
Jesús de Nazaret. Cristo vino para
salvar a los pecadores, porque en Él Dios se conmovió y no castigó a su pueblo.
Este signo es el desbordamiento de la gracia, del amor de Dios por nosotros. La
vida de Jesús nos muestra el corazón de Dios, el cual se alegra y goza con el
perdón de la humanidad: busca lo que está perdido; prefiere aquellos que son
despreciados; fortalece a quienes se encuentran débiles; su mirada está siempre
centrada en el dolor, el sufrimiento, el perdón etc. “Perdónalos porque no saben
lo que hacen”. (Lucas 23,34).
La
misión que Jesús ha recibido del Padre ha sido la de revelar el misterio del
amor divino en su plenitud. « Dios es amor » Así lo expresa la Sagrada
Escritura: “El amor es de Dios. Todo el que ama ha nacido de Dios y conoce a
Dios. El que no ama no ha conocido a Dios” (1 de Juan 4, 7-8). Todo en la vida
de Cristo tiene aroma y sabor al Padre celestial. “Tanto amó Dios al mundo que
dio a su único Hijo °°°” (Juan 3, 16). Las relaciones del Maestro con las personas que se le acercan dejan ver algo
único y fantástico: Un hombre lleno de amor y misericordia. Los signos que Él realiza, muestran su
bondad, hacia los pecadores; las personas pobres; excluidas; enfermas y
sufrientes. En el Hijo de Dios todo habla de misericordia. Nada en Él es falto
de compasión. El Salvador del mundo, le pone el corazón a la miseria humana: “Misere Cordis”.
El Señor Jesús indica el camino para
la misericordia: “Sean compasivos, no juzguen, no condenen, perdonen, la medida
que usen con los demás, la usarán con ustedes” °°° (Lucas 6, 36). Jesús afirma
que la misericordia no es solo el obrar del Padre, sino que ella se convierte
en el criterio para saber, quiénes son realmente sus hijos. (Bula, Misericordiae
Vultus, Papa Francisco, 9). Cuida tu salud: Paciencia y Misericordia, binomio
del gran cristiano. Padre, Jairo Yate
Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué.