23 de octubre 2019. Concluimos estas catequesis mistagógicas
analizando la parte final de la celebración eucarística, los denominados ritos
de conclusión de la misa. Padre Héctor Giovanny Sandoval Moreno. Delegado para
la pastoral litúrgica. Arquidiócesis de Ibagué.
El Rito de Comunión termina con una oración presidencial (la
Oración después de la Comunión), precedida de la invitación: ¡Oremos! En esta
oración última, la Asamblea pide que se realice en cada uno de los que ha
participado de este banquete admirable los efectos de la gracia recibida
(gracia nutritiva y unitiva, que consiste en transformarnos espiritualmente en
Cristo por la caridad), para que seamos fermento, sal y luz en el mundo, y se
acreciente en nosotros el fruto de la salvación perseverando en el amor de
Dios.
El Rito de Conclusión es muy breve; sus elementos son: los
Avisos de la Comunidad, la Bendición, la Despedida y eventualmente el Canto
Final.
a) Los Avisos a la Comunidad. Los avisos deben hacerse al
término de la Oración después de la Comunión, no antes de ésta; ni tampoco se
tienen que hacer en la homilía. No es
conveniente sentarse para los avisos; por ello, debe evitarse alargarse en los
mismos.
b) El Saludo y la bendición. El Misal ofrece una variedad de
bendiciones más solemnes según los tiempos litúrgicos y las fiestas. El
diácono, a falta de éste el mismo sacerdote, dice el invitatorio: ¡Inclinen la
cabeza para recibir la bendición!, u otra fórmula semejante. Y con las manos
extendidas sobre la Asamblea el sacerdote pronuncia una triple bendición a la
cual se responde Amén.
También se puede utilizar una de las 26 oraciones sobre el
pueblo, las cuales enriquecen el sentido de la Bendición y llaman habitualmente
a un compromiso de salir y llevar la liturgia a la vida diaria. Estas oraciones
son recomendables para los días penitenciales, especialmente en Cuaresma. El
signo normal para bendecir es la Señal de la Cruz, porque toda bendición es
participación de la salvación pascual de Cristo.
c) La Despedida. Saber despedirse es también un arte. Un
clima fraternal puede dar a la celebración una terminación o un final
agradable. La fórmula “pueden ir en paz,” es una misión. Para entender un
poquito más su significado conviene enunciar la frase como se dice en latín:
"Ite Missa est". Missa es un término que proviene del verbo missio
que significa enviar.
De modo que, con la despedida se precisa que la Celebración
Eucarística tiene en efecto conexión con la vida; pues es salir a la calle con
un compromiso, con una esperanza, con la sensación de haber crecido en la
fraternidad y la decisión de dar testimonio en medio del mundo (es vivir lo que
hemos visto, experimentado y oído en la celebración). Antes de retirarse, el
sacerdote venera el altar, besándolo.
d) El Canto Final. Este canto acompaña la procesión de
salida. Por lo regular debe de ser un canto de acción o un canto dirigido a
María, nuestra Madre y Maestra en la fe. Puede ser también música de
acompañamientos
Agradezcamos al Señor por este viaje que nos ha permitido
vivir a lo largo de este año en el redescubrimiento de la Santa Misa y
pidámosle que seamos atraídos con renovada fe a este verdadero encuentro con
Jesús que murió y resucitó por nosotros. Que siempre encontremos la fuerza para
nuestra vida en la Eucaristía, en unión con Jesús. Correo del autor: hectorgeovannys@gmail.com