JESUCRISTO ES EL MESÍAS Evangelio jueves 28 de septiembre 2023
JESUCRISTO ES EL
MESÍAS
Evangelio jueves 28 de
septiembre 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Se enteró el tetrarca Herodes de todo
lo que pasaba, y estaba perplejo; porque unos decían que Juan había resucitado
de entre los muertos; otros, que Elías se había aparecido; y otros, que uno de
los antiguos profetas había resucitado. Herodes dijo: A Juan, le decapité yo.
¿Quién es, pues, éste de quien oigo tales cosas? Y buscaba verle.” Lucas 9, 7-9
La identidad del Hijo de Dios se pone muy
interesante, cuando su obra, su Palabra, sus milagros, su poder, su mismo ser
es tan diferente a las demás personas que habitan Jerusalén. A medida que
lo van escuchando y lo van conociendo, aumenta la inquietud por saber quién es.
Tratemos de dar respuesta a la pregunta respondiendo lo que no es.
Jesucristo no es Juan el Bautista. Al
contrario, el bautista presenta a quien los va a bautizar con el Espíritu Santo
y fuego. (cfr. Lucas 3, 16). Jesucristo no es el profeta Elías ni uno de los
antiguos profetas. En el misterio de la transfiguración del Maestro, Moisés y
Elías permiten entender a plenitud el ser mismo de Dios.
La pregunta sigue en pie. ¿Quién es Jesús
de Nazareth? La respuesta la tiene el Evangelio. El Maestro pregunta a sus
seguidores, ¿Quién soy yo? Pedro responde:
Tú eres el Mesías, el Hijo de Dios vivo. (Mateo 16, 13-16). Dichosa será
aquella persona que crea y reconozca a Jesús como el Mesías, porque eso es
revelación de Dios mismo. (Mateo 16, 17).
Muchos siguen buscando la identidad del
Nazareno, por ejemplo: Nicodemo aprovecha el ambiente nocturno y va a buscar a
Jesucristo. (cfr. Juan 3, 2). Zaqueo se sube a un árbol para poder ver a Jesús.
(Lucas 19, 4).
Nuestra Iglesia Católica nos enseña que la
vida de Jesucristo es un “Misterio”. Toda la vida de Cristo es Revelación del
Padre: sus palabras y sus obras, sus silencios y sus sufrimientos, su
manera de ser y de hablar. Jesús puede decir: "Quien me ve a mí, ve al
Padre" (Juan 14, 9). Toda la vida de Cristo es misterio de Redención. La
Redención nos viene ante todo por la sangre de la cruz (cf. Efesios 1, 7).
Toda
la vida de Cristo es misterio de Recapitulación. Todo lo que
Jesús hizo, dijo y sufrió, tuvo como finalidad restablecer al hombre caído en
su vocación primera. Durante toda su
vida, Jesús se muestra como nuestro modelo (cfr. Romanos 15,5): Él es el
"hombre perfecto". Todo lo que Cristo vivió hace que podamos vivirlo
en Él y que Él lo viva en nosotros. "El Hijo de Dios con su encarnación se
ha unido en cierto modo con todo hombre" (cfr. Catecismo, 514 – 521).
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