10 de octubre 2018. Insisten en °°° reglamentar el
asesinato del niño. Autor: Padre, Mario García Isaza, cm. Formador, seminario
mayor, en Ibagué, Colombia. Se halla en curso, ante el Congreso, un proyecto de
ley que ha tenido ya algún debate, y que se presenta bajo el título de “parto
humanizado”; lleva el número 063, y tiene como ponente al parlamentario Jairo
Cristancho. Es la reviviscencia de dos anteriores que no fueron aprobados: el
172 del año 2009, presentado por la señora Claudia Rodríguez de Castellanos, y
el propuesto por la senadora NADIA Blel Scaff en 2014.
El que ahora intenta
revivirlos tiene dos características: es más hipócrita y sinuoso, con el empleo
calculado de un leguaje eufemístico que insinúa pero no dice…que enmascara sus pretensiones, que sistemáticamente
evita llamar las cosas por su nombre; y va mucho más allá que los anteriores en
el intento de legalizar el asesinato de los niños no nacidos mediante el
establecimiento de una política abiertamente abortiva.
Y ahora se insiste en que los legisladores establezcan
cuál es la edad del niño concebido y no nacido aún en la cual ya no puede ser
abortado. ¡Por Dios!, ¿cómo pueden ser tan obtusos quienes tal cosa proponen?.
¿Es que alguien puede arrogarse el derecho de fijar en qué momento de la vida
uno comienza a tener derecho a que ella se le respete? ¿Por arte de qué
misterioso artilugio llega un momento en que uno comienza a tener derecho a la
vida, si antes no lo tenía? ¿Si durante los primeros cuatro, o cinco meses era
lícito matarlo, por qué no lo sería también a los siete o a los ocho? ¡No,
señores, no! : el ser humano nunca tendrá derecho a la vida si no lo tiene
desde que empieza a existir. Ustedes no son dioses para decidir desde qué
momento le conceden al niño ese derecho. Él lo tiene desde el momento en que es
concebido, y eliminarlo por el aborto, cualesquiera sean las hipócritas y
mañosas justificaciones que se aleguen, será siempre un ASESINATO. Hay un
sibilino sofisma en el pretendido “derecho” de la mujer a disponer de una vida
que no es la suya.
Varios órganos de difusión, muy especialmente El
Espectador, sabe Dios obedeciendo a qué sórdidos intereses y sometiéndose en
forma abyecta a qué presiones, se han dedicado durante las últimas semanas a
una campaña sencillamente inicua para permear la opinión del pueblo colombiano
con una mentalidad abortista; para darle su verdadero nombre, pretenden
justificar la reglamentación del
asesinato sistemático de los niños no nacidos aún. El espacio reservado al
editorial, que, se supone, expresa los propósitos y objetivos principales del
periódico, ya más de una vez ha sido ocupado de manera descarada por esa
campaña. El 30 de septiembre, en forma desfachatada “impartía órdenes” a los legisladores:
Congresistas,- así se despachaba el atrevido
editorialista- es hora del aborto totalmente legal. …. Y ya sube el alborotado
clamor de los medios, promotores a sueldo del genocidio infantil, por las
palabras con que el santo Padre Francisco ha equiparado a quien mata al niño no
nacido y no deseado con el que contrata a un sicario para quitar de en medio a
quien no se quiere.
Ese terrible parangón encierra una verdad ineluctable, expresada sin ambages por
el Pontífice.
En buena hora, y sin excepciones, los medios de
comunicación hicieron coro a la hermosa reacción de repudio de los colombianos
ante el secuestro de un pequeñín de cinco años, y ante la brutalidad del
asesinato de una niña previamente abusada, y la incineración de su cuerpecito.
Fue encomiable y hermosa esa reacción unánime. Pero, ¡cuánta hipocresía, cuando
esos mismos medios promueven el que un bebé sea envenenado, o destrozado por
los crudelísimos métodos del aborto! Una
vez más, alcemos la voz para gritar: ¡NO al aborto! ¡SÍ a la vida! Dios, el
único dueño de la vida, lo ha dicho: “NO
MATARÁS”. Correo del autor: magarisaz@hotmail.com