Evangelio para el domingo 28 de
octubre 2018. °°° « Llamaron al ciego, diciéndole: Ánimo, levántate, que te
llama. Soltó el manto, dio un salto y se acercó a Jesús. Jesús le dijo: ¿Qué
quieres que haga por ti? El ciego le contestó: “Maestro, que pueda ver.” Jesús
le dijo: “Anda, tu fe te ha curado.” °°° Marcos 10, 46-52. Una manera muy particular de Jesús presentar
su mensaje de salvación, es a través de la sanación de una persona. Una prueba
contundente que la salvación ha llegado a este mundo es que los ciegos ven, los
cojos andan, los mudos hablan, los sordos oyen °°° (Cfr. Lucas 7,22).
El carpintero de Nazareth, se
hace escuchar desde los rostros sufrientes de hombres y mujeres; de personas
limitadas, hambrientas, desnudas, oprimidas, excluidas por la misma sociedad.
Dice su mismo Evangelio que él separa los unos de los otros. Él da la norma
suprema de las obras de misericordia: Hacer el mayor bien posible a los demás.
(Cfr. Mateo 25, 35-36) El método de
Jesucristo es enseñar y sanar: “Recorrió toda Galilea enseñando y curando todo
tipo de dolencias” (Cfr. Mateo 4,23). El Papa Francisco afirmó en una de sus
homilías en la casa santa Marta, diciendo: “comprender la misericordia del
Señor es un misterio. El misterio más grande, más bello es el corazón de Dios.
Si quieres llegar al corazón de Dios, toma el camino de la misericordia y
déjate tratar con misericordia”. Cuida tu salud: Te sanas, porque crees en el
poder de la misericordia de Dios. Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de
Ibagué.