24 de octubre 2018. El Papa Francisco recordó que antes de
recibir el sacramento del matrimonio “se necesita una cuidada preparación, un
catecumenado”, y aseguró que no se puede llamar preparación “a tres o cuatro
conferencias en la parroquia”. En este
sentido, responsabilizó a los párrocos y Obispos que permiten esa “burla” de la
falta de preparación de los matrimonios. “La preparación debe ser madura y
exige tiempo. No es un acto formal. Es un sacramento. Por lo tanto, se debe
preparar con un verdadero catecumenado, porque se juega toda la vida en el
amor, y con el amor no se juega”.
El Papa continuó: “La llamada a la vida conyugal exige un
detenido discernimiento sobre la calidad de la relación y un tiempo de
afianzamiento para verificarla. Para acceder al Sacramento del matrimonio, los
novios deben madurar la certeza de que en su vínculo está la mano de Dios que
los precede y los acompaña”. “La
fidelidad es un modo de ser, es un estilo de vida. Se trabaja con lealtad,
se habla con sinceridad, se permanece fiel a la verdad en los propios
pensamientos, en las propias acciones. Una vida tejida de fidelidad se expresa
en todas las dimensiones y lleva a ser hombres y mujeres fieles y fiables en
toda circunstancia”. “La fidelidad es la característica de la relación humana
libre, madura, responsable. También un amigo se demuestra auténtico cuando
permanece como tal ante cualquier eventualidad, de otra manera, no sería un
amigo”.
En este sentido, señaló que “Cristo revela el amor
auténtico, Él, que vive del amor ilimitado del Padre y, debido a ello, es el
Amigo fuel que nos acoge, incluso cuando nos equivocamos, y siempre quiere
nuestro bien, incluso cuando no lo merecemos”. En su catequesis, Francisco puso
de relieve que el amor es una característica intrínseca al ser humano: “El ser
humano tiene necesidad de ser amado sin condiciones, y el que no recibe esta
acogida queda incompleto, con frecuencia sin saberlo”. Cuando se produce esa
situación, cuando una persona no se siente amada, “el corazón humano trata de
llenar ese vacío con sustitutos, aceptando compromisos y mediocridades que del
amor únicamente mantiene un sabor vago”.
“El riesgo es llamar ‘amor’ a relaciones inmaduras, con la
ilusión de encontrar luz de vida en cualquier cosa que, en el mejor de los
casos, tan solo son un reflejo”, explicó.
Como consecuencia “se sobrestima la atracción física, que en
sí misma es un don de Dios, pero que debe estar orientada a facilitar el camino
para una relación auténtica y fiel con la persona”. El Papa concluyó su
catequesis subrayando que para alcanzar una vida basada en la fidelidad “no
basta con nuestra naturaleza humana, es necesario que la fidelidad de Dios
entre en nuestra existencia”. Fuente: Aciprensa. Redacción.