2 de octubre 2018. Este martes, día que la Iglesia dedica a
festejar a los Ángeles Custodios, el Papa Francisco dedicó la Misa celebrada en
la Casa Santa Marta a reflexionar sobre su importancia en el camino de
salvación de la humanidad: “Son ellos, los Ángeles de la Guarda, la ayuda
particular que el Señor promete a su pueblo y a nosotros que caminamos en el
camino de la vida”. Francisco insistió en su homilía que este camino de la vida
es un camino “en el que debemos ser ayudados por acompañantes, por protectores,
por brújulas humanas que nos custodian de los peligros”.
Por eso, “el Ángel nos ayuda y nos empuja a caminar”,
explicó. No obstante, los peligros a los que se enfrenta el pueblo de Dios en
su camino no se limitan a la tentación de quedarse paralizado. El Papa citó
otros dos: el peligro de equivocarse de camino y el camino de abandonar el
camino para dispersarse por una ‘plaza’”. “Es ahí donde el Ángel nos ayuda a no
equivocarnos de camino y a avanzar por el correcto”. “No sólo te ayudan a
caminar bien, sino que incluso te muestran adónde debemos llegar”. Para ello,
“debemos recurrir a la oración, debemos pedir ayuda”.
Porque “nuestro Ángel no sólo está con nosotros, sino que al
mismo tiempo ve a Dios Padre. Está en contacto con Él. Por lo tanto, es el
puente cotidiano desde la hora en que nos despertamos hasta la hora en que nos
vamos a dormir, que nos acompaña y que establece el vínculo entre nosotros y
Dios Padre”. El Ángel de la Guarda “es la puerta diaria a la trascendencia, al
encuentro con el Padre: es el Ángel que me ayuda a andar porque mira al Padre y
conoce el camino. No olvidemos a este compañero en el camino”, terminó el Papa.
Lectura comentada por el Papa Francisco: Éxodo 23:20-23. Fuente: Aciprensa.
Redacción.