31 de octubre 2018. Ni cartillas, ni decretos. Autor: Padre, Mario
García Isaza. Formador seminario mayor, Ibagué, en Colombia. Así reza el
eslogan con que se está convocando a todos los colombianos de bien para que, el
próximo 6 de noviembre, en todas las ciudades y pueblos de la patria, salgamos
a marchar en defensa de la familia, tal como ella está establecida por la ley
natural, que es ley de Dios, y también por la ley de leyes que es la
Constitución colombiana.
Y se hace esta convocatoria, sencillamente porque continúa avanzando, apoyado por sórdidos intereses y planes de organismos internacionales y sostenido por capitales inconfesados, el demoníaco proyecto político detrás del cual está la ideología de género; proyecto que nos quedó, como un lastre, del nefasto gobierno que finalizó en julio de este año 2018.
Y se hace esta convocatoria, sencillamente porque continúa avanzando, apoyado por sórdidos intereses y planes de organismos internacionales y sostenido por capitales inconfesados, el demoníaco proyecto político detrás del cual está la ideología de género; proyecto que nos quedó, como un lastre, del nefasto gobierno que finalizó en julio de este año 2018.
Como bien sabemos, el expresidente tránsfuga, por medio de la también
fugitiva ministra de educación, quiso pervertir a nuestros niños y adolescentes
con las famosas “cartillas”, verdaderos manuales de corrupción de menores. Cartillas
que, simplemente, eran plagio de un asqueroso documento belga, instrumento de
ideologización sexual aberrante para la niñez y la juventud; plagio elaborado,
por contrato con el Ministerio de educación, por el UNFPA (Fondo de Población
de las Naciones Unidas). Ante la oportuna reacción de muchos, el presidente,
como lo hizo tantas veces, negó lo innegable, sostuvo que no había tal
ideología de género, llegó hasta afirmar que las cartillas se habían dado a
conocer sin que él las autorizara, las mandó recoger… Esa fue siempre su
sinuosa manera de proceder. Cuando muchos aducíamos, como razón para decir NO
al plebiscito, que no podíamos admitir
la ideología de género que atraviesa todo el documento del malhadado
acuerdo, negó que hubiese en él tal ideología, desconociendo que su principal
gestor, el señor De la Calle la había defendido diciendo ante micrófonos: no se nace hombre ni se nace mujer…Y
como si no hubiese él mismo leído el texto, en el cual se menciona 114 veces el
“enfoque diferencial y de género”, se habla al menos 40 veces de la “comunidad
LGBTI”, poniéndola en el mismo plano de importancia que a la clase obrera, a
las comunidades indígenas, o a los jóvenes, y el gobierno se compromete a “apoyar
la creación y el fortalecimiento de organizaciones y movimientos…incluyendo a
la población LGBTI , que hagan visibles los liderazgos y garanticen su
capacidad de plena interlocución con los poderes públicos” ( Lo entrecomillado
es cita textual del NAF, y la negrilla y el subrayado son míos).
Ahora sabemos que muy poco antes de entregar las riendas del gobierno,
Santos dejó firmados dos decretos, ambos destinados a imponer la ideología de
género y a destruir los fundamentos de la verdadera familia, tal como la
definen la ley natural y la misma constitución colombiana. Se trata de los
decretos 410 y 762, del 1 de marzo y el 7 de mayo respectivamente, que están
entre los otros muchos que le dejó ya firmados al nuevo gobierno, y en los
cuales, con un lenguaje de calculada ambigüedad, se dictan normas para la
“promoción de la acción afirmativa # Aquí entran todos…” (estímulo soterrado
del homosexualismo), y se adopta la “política pública para la garantía del
ejercicio efectivo de los derechos de…los sectores sociales LGBTI y de personas
con orientaciones sexuales e identidades de género diversas”.
Refiriéndose a esos dos decretos y a la perversa ideología que subyace a
sus disposiciones, el doctor José Alvear Sanín escribió hace poco : “La ideología de género es una amenaza para
la dignidad humana peor que cualquier ataque anterior, porque sobre ella se
construye un orden social atroz”.
Y nos recuerda que actúan diabólicamente, para promover y apoyar con
capitales enormes esa ideología y todo lo que ella facilita y defiende (
abortismo, “matrimonio” homosexual, eutanasia, eliminación de la objeción de
conciencia, exaltación de lo LGBTI…) el Open Society Institute, sostenido por
Georges Soros, y sus “sucursales” en Colombia, que son Profamilia, Verdad
abierta, La silla vacía, De justicia, la Corporación Arco Iris y algunos de los
principales medios de comunicación.
Yo creo que no sobra recordar, una vez más, lo que la Iglesia católica
nos enseña, a la luz de la revelación y de la ley natural, acerca de la
familia. He aquí algunos de los muchísimos textos que imparten dicha enseñanza.
“ Y creó Dios a los seres humanos, a su imagen y
semejanza; hombre y mujer los creó…”(Gen.1,27)
“La vocación al matrimonio se inscriben en la
naturaleza misma del hombre y de la mujer, según salieron de la mano del
Creador…Habiéndolos creado Dios hombre y mujer, el amor mutuo entre ellos se
convierte en imagen del amor absoluto e indefectible con que Dios ama al
hombre…La Sagrada Escritura enseña que el hombre y la mujer fueron creados el
uno para el otro…Jesús enseñó sin ambigüedad el sentido original de la unión
del hombre y la mujer…” (CEC, N°s 1603,
1604, 1605, 1614)
“El matrimonio y el amor conyugal están ordenados por
su propia naturaleza a la procreación y a la educación de la prole” (Vat. II,
Gaudium et spes, 50)
“La institución matrimonial, fundada por el Creador y en
posesión de su propias leyes, no es una creación debida a convenciones humanas
o imposiciones legislativas, sino que debe sus estabilidad al ordenamiento
divino….Corresponde a cada uno, hombre y mujer, reconocer y aceptar su propia
identidad sexual. La diferencia y la complementariedad físicas, morales y
espirituales, están orientadas a los bienes del matrimonio…La eventual
equiparación legislativa entre la familia y las uniones de hecho se traduciría
en un descrédito del modelo de familia…unión permanente originada en el
matrimonio, es decir, en el pacto entre un hombre y una mujer…Únicamente en la
unión entre dos personas sexualmente diversas puede realizarse la perfección de
cada una de ellas, en una síntesis de unidad y mutua complementariedad psico-física…Poniendo
la unión homosexual en un plano jurídico análogo al del matrimonio o al de la
familia, el Estado actúa arbitrariamente y entra en contradicción con sus
propios deberes”…( Compendio de Doctrina Social de la Iglesia, N°s 209 a 229)
“La familia protege la vida en todas sus etapas, y
también en su ocaso. Por eso, a quienes trabajan en las estructuras sanitarias,
se les recuerda la obligación moral de la objeción de conciencia” ( Papa
Francisco, “Amoris lætitia, 83) “No existe ningún fundamento para asimilar
o establecer analogías, ni siquiera remotas, entre las uniones homosexuales y
el designio de Dios sobre el matrimonio y la familia” (ib., 252)
Y podríamos alargar casi sin medida esta serie de citas del Magisterio.
Documentos como Humanae vitae, Veritatis splendor, Familiaris consortio,
Christifideles laici, Mulíeris dignitatem, Donum vitæ, y muchos otros, establecen y desarrollan de manera
espléndida lo que Dios, por su Iglesia, nos enseña sobre el matrimonio, la
familia, la sexualidad humana, la vida.
Plegue a Dios que la marcha del 6 de noviembre sea multitudinaria en
todas partes; es nuestro deber alzar la voz, sin cobardes reticencias, en
defensa de los valores en que se cimienta una sociedad civilizada y cristiana. ¡NI
CARTILLAS…NI DECRETOS! Correo del autor:
magarisaz@hotmail.com