21 de junio 2019. El Papa Francisco invitó a las facultades
de teología a reforzar la convivencia pacífica y el diálogo entre culturas y
religiones, en concreto, con el judaísmo y el islam: “los estudiantes de
teología deberían ser educados en el diálogo con el judaísmo y con el islam”,
afirmó. El Santo Padre realizó esta declaración este viernes en Nápoles,
Italia, donde pronunció el discurso conclusivo del encuentro sobre la teología
después de la “Veritatis gaudium” en el contexto del Mediterráneo, celebrado en
la Pontificia Facultad Teológica de Italia Meridional.
Ese diálogo, aseguró el Papa, es el mejor remedio al
“Síndrome de Babel”. “Pensamos que el Síndrome de Babel es la confusión que se
origina en el no comprender aquello que
el otro dice. Ese es el primer paso, pero el verdadero Síndrome de Babel es
no escuchar aquello que el otro dice y creer que yo sé aquello que el otro
piensa y aquello que dirá. Esto es la peste”.
Los teólogos, indicó
Francisco, “deben ser hombres y mujeres de compasión, afectados por la vida
de los oprimidos, de las esclavitudes de hoy, de las heridas sociales, de las
violencias, de las guerras y de las enormes injusticias que padecen muchos
pobres que viven en las costas de este mar común”.
En su discurso, de algo más de 40 minutos, el Papa afirmó que
“el Mediterráneo es, desde siempre, un lugar de tránsito, de intercambio y, en
ocasiones, también de conflictos. Este lugar hoy nos plantea una serie de
cuestiones, con frecuencia dramáticas”.
Entre esas preguntas, el Papa planteó: ¿Cómo mantenernos seguros
en la única familia humana? ¿Cómo alimentar una convivencia tolerante y
pacífica que se traduzca en fraternidad auténtica? ¿Cómo hacer prevalecer en
nuestra comunidad la acogida al otro y de quien es diferente de nosotros porque
pertenece a una tradición religiosa y cultural diferente a la nuestra? ¿De qué modo las religiones pueden ser
caminos de fraternidad en vez de muros de separación?”.
A estas preguntas, el Pontífice añadió una más en el ámbito
de la teología: ¿Qué teología es adecuada en este contexto? “Diría que la
teología, particularmente en este contexto, está llamada a ser una teología de acogida y a desarrollar un
diálogo auténtico y sincero con las instituciones sociales y civiles, con
los centros universitarios y de investigación, con los líderes religiosos y con
todas las mujeres y hombres de buena voluntad para la construcción en paz de
una sociedad inclusiva y fraterna y para la protección de la creación”.
El Papa Francisco también expuso algunos ejemplos de diálogo
para una teología de la acogida. Explicó que la palabra “diálogo” “no es una
fórmula mágica, sino que ciertamente la teología recibe una ayuda en su
renovación cuando se asume el diálogo seriamente, cuando se promueve y favorece
entre docentes y estudiantes, así como entre otras formas del saber y entre las
religiones, sobre todo con el judaísmo y el islam”.
Por ello, hizo hincapié en que “los estudiantes de teología
deberían ser educados en el diálogo con el judaísmo y con el islam para
comprender las raíces comunes y las diferencias de nuestras identidades
religiosas, y contribuir así de forma más eficaz a la edificación de una sociedad que aprecie la diversidad y favorezca el
respeto, la fraternidad y la convivencia pacífica”.
“Con los musulmanes estamos llamados a dialogar para
construir el futuro de nuestras sociedades y de nuestras ciudades; estamos
llamados a considerarlos socios para construir una convivencia pacífica,
también cuando se verifican episodios violentos obra de grupos fanáticos
enemigos del diálogo, como sucedió con la tragedia de la pasada Pascua en Sri
Lanka”. Por ello, “formar a los estudiantes en el diálogo con los hebreos
implica educarlos en el conocimiento de su cultura, de su modo de pensar, de su
lengua, para comprender mejor nuestra relación en el ámbito religioso”.
En este sentido, señaló que “en las facultades teológicas y
en las universidades eclesiásticas se deben promover los cursos de lengua y
cultura árabe y hebrea, y el conocimiento recíproco entre estudiantes
cristianos, hebreos y musulmanes”.
Otro concepto definido por el Santo Padre en su discurso es
el de “teología de la escucha”, que
“significa escuchar también la historia y el rostro de los pueblos que se
asoman al espacio mediterráneo para poder descifrar los sucesos que vinculan el
pasado con el hoy, y poder asumir sus heridas junto con su potencialidad”. Recordó
que “el Mediterráneo, precisamente, es el mar del mestizaje, un mar
geográficamente cerrado a los océanos, pero culturalmente siembre abierto al
encuentro, al diálogo y a la recíproca culturalización”.
El Papa reflexionó en su discurso sobre una última pregunta:
“¿cuál es, por lo tanto, la misión de la teología tras la ‘Veritatis gaudium’
en el contexto del Mediterráneo?”. En su respuesta, Francisco señaló que la
teología “debe sintonizar con el Espíritu de Jesús Resucitado, con su libertad
de acudir a las periferias, también las del pensamiento”. En ese contexto, “a
los teólogos les corresponde la misión de favorecer siempre de forma nueva el encuentro de las culturas con las
fuentes de la Revelación y de la Tradición”.
Para ello, abogó por una necesaria libertad teológica, ya
que “sin la posibilidad de experimentar caminos nuevos no se crea nada nuevo, y
no se deja espacio a la novedad del Espíritu del Resucitado”. En definitiva,
“es indispensable dotarse de estructuras ligeras y flexibles, que manifiesten
la prioridad dada a la acogida y al diálogo, al trabajo inter y trans
disciplinar en red. Los estudiantes, las organizaciones internas, el método de
enseñanza, el ordenamiento de los estudiantes debería reflejar la fisionomía de la Iglesia en salida”.
El Papa Francisco finalizó su discurso señalando que “la teología después de
‘Veritatis gaudium es una teología
kerygmática, una teología de discernimiento, de misericordia y de acogida
que se pone en diálogo con la sociedad, las culturas y las religiones para la
construcción de la convivencia pacífica de personas y de pueblos”. Fuente:
Aciprensa. Redacción.