13 de marzo 2018. ¡ “Reglamentado” El Crimen!. Autor: Padre, Mario
García Isaza, formador, seminario mayor, Ibagué, Colombia. Absorbidos por el
interés y por el torrente de información provocados por el certamen electoral
del 11 de marzo, creo que los colombianos no nos percatamos de una noticia que
representa un hecho de incalculable gravedad en la historia de perversión que
vive Colombia;
más que un paso, un verdadero salto en el camino hacia el abismo
por el que nos van llevando. El ministro de salud y protección social,
atendiendo la “orden” perversa de una Corte que se cree dueña de la vida y se arroga
funciones que no le corresponden, reglamentó ya la forma y los casos en que los
médicos y las instituciones de salud pueden y deben asesinar a niños y
adolescentes gravemente enfermos. Ya sé que habrá muchos que al leer lo
anterior dirán que utilizo un lenguaje tremendista; nos hemos acostumbrado, por
desgracia y cobardemente, a los eufemismos, a los circunloquios que evitan
llamar las cosas por su nombre. Invito a leer, simplemente, la definición que
del verbo asesinar trae cualquier diccionario.., y a descubrir cómo ella se
ajusta exactamente a lo que es la eutanasia.
No valieron, ¡qué iban a valer! , las voces que, por miles, se alzaron contra la
pretensión de legalizar ese crimen; ni los varios derechos de petición que sé
le llegaron al ministro; ni siquiera el llamado que la Conferencia episcopal de
Colombia le formuló explícitamente al gobierno para que recapacitara e
impidiera la emisión de esa medida, que va en absoluta contravía de su función
constitucional de salvaguardar los
derechos fundamentales y de proteger la vida de los colombianos. Un gobierno
que premia con la total impunidad y con canonjías y prebendas políticas a
quienes han segado miles de vidas, nada tiene de extraño que ahora firme la
autorización para segar la existencia de los niños cuyos dolores y sufrimientos
le resultaría muy costoso aliviar con los recursos que le ciencia hoy brinda.
Todo ese clamor fue desoído, todo se lo llevó por delante la soberbia atea de
quien no reconoce la existencia de un Dios que es el único dueño de la vida.
Hay, en los razonamientos con que se motiva la siniestra resolución del
ministerio, algo que nadie podría entender. La constitución sólo otorga el
derecho a votar después de los dieciocho años; se considera que antes de esa
edad el joven no tiene la capacidad de discernimiento necesaria para intervenir
responsablemente, con su sufragio, en unas elecciones…¡pero sí le atribuye a un
niño de 12-14 años de edad la capacidad para decidir si quiere o no quiere
vivir! Y a uno de 14 a 17 años para
pedir que lo maten, incluso sin el parecer de sus padres ¿Habrase visto algo
más absurdo ?
¿Nos quedaremos callados, no nos rebelaremos contra
esta iniquidad? Es cierto, ya sabemos que a este gobierno le importa una higa
nuestra protesta, ya está visto que nada ni nadie lo detendrá en su empeño por
arrasar los valores cristianos, destruir los cimientos morales de nuestra
sociedad y desconocer la ley de Dios. Pero aún así, yo creo que deberíamos
convocar un movimiento masivo de protesta, y no hacernos merecedores de la
amonestación bíblica actuando como perros mudos, incapaces de ladrar. (Isaías.,
56,10) Correo: magarisaz@hotmail.com