2 de enero 2019. El Santo Padre presidió la primera
Audiencia General de 2019 en el Aula Pablo VI del Vaticano para continuar con
las catequesis sobre la oración del Padre Nuestro, y recordó que en las
Bienaventuranzas se encuentran los aspectos fundamentales del mensaje de Jesús.
Al comenzar su catequesis, el Papa deseó también un feliz año y aseguró que el
Evangelio de Mateo coloca el texto del Padre Nuestro “en un punto estratégico,
al centro del discurso de la montaña”, en donde Jesús entregó esta oración a
“una gran muchedumbre de rostros anónimos”. Una asamblea grande y
“heterogénea”, dijo.
Por ello, el Papa subrayó que en ese pasaje “surge la
novedad del Evangelio”. “La Ley no debe
ser abolida sino que necesita una nueva interpretación, lo que lo conduce
de nuevo a su sentido original. Si una persona tiene un corazón bueno,
predispuesto al amor, entonces entiende que cada palabra de Dios debe
encarnarse hasta sus últimas consecuencias”, dijo. De este modo, el Santo Padre
aseguró que “el amor no tiene límites: uno puede amar al cónyuge, al amigo e
incluso al enemigo con una perspectiva completamente nueva” como Jesús mismo
dijo: “ama a tus enemigos y ora por aquellos que te persiguen”. “He aquí el
gran secreto que está a la base de todo el discurso de la montaña: sean hijos
de su Padre que está en los cielos” destacó el Papa quien añadió que “el cristiano no es uno que se compromete a
ser más bueno de los otros, sino que sabe ser pecador como todos”.
En esta línea, el Pontífice explicó que Jesús enseñó la
oración del Padre nuestro tomando distancia de dos grupos de su tiempo: los
hipócritas y los paganos. Y alertó a los cristianos a vivir la fraternidad y a
evitar los escándalos. “Cuántas veces
nosotros, vemos el escándalo de aquellas personas que van a la Iglesia, están
todo el día allí o van todos los días, pero después viven odiando a los otros o
hablando mal de la gente, esto es un escándalo. Mejor no ir a la Iglesia,
vive así como ateo, pero si tú vas a la Iglesia vive como hijo, como hermano, y
da un verdadero testimonio, no un anti-testimonio”, señaló.
Al finalizar, el Papa invitó a realizar la oración “desde el
corazón, desde el interior”. “¡Qué bello pensar que nuestro Dios no necesita
sacrificios para conquistar su favor!”, exclamó. “En la oración nos pide solo
que tengamos abierto un canal de comunicación con Él para descubrirnos siempre
sus hijos amadísimos. Y Él nos ama tanto”, concluyó. Durante los saludos en
diferentes idiomas, un grupo de artistas del Circo de Cuba presentaron un breve
espectáculo con bailarines y malabaristas. Fuente: Aciprensa. Mercedes de la
Torre.