Es normal que los esposos peleen, es normal. Sería extraño lo contrario. Háganlo, pero que ellos no escuchen, que ellos no vean”.
El Santo Padre explicó que cuando un niño ve a sus padres
pelear, se genera en ellos una gran angustia que puede ser dolorosa. “Ustedes
no saben la angustia que experimenta un niño cuando ve pelear a sus padres.
Esto, me permito, es un consejo que los ayudará a transmitir la fe. ¿Es malo
pelear? No siempre, pero es normal, es normal. Pero que los niños no vean, no
escuchen, por la angustia”.
Francisco destacó asimismo la importancia de que los padres
enseñen cotidianamente la fe. “Al inicio de la ceremonia se les hizo una
pregunta: ‘¿Qué piden para vuestros hijos?’ Y todos ustedes han dicho: ‘La fe’.
Ustedes piden a la Iglesia la fe para vuestros hijos, y hoy ellos recibirán el
Espíritu Santo y el don de la fe cada uno en el propio corazón, en la propia
alma. Pero eta vez luego debe desarrollarse, debe crecer”. Antes que estudiarla
en las lecciones de catecismo, en la catequesis de la parroquia, es importante
que la fe sea transmitida en casa: “Esto se hace en casa porque la fe siempre
va transmitida ‘en dialecto’: el dialecto de la familia, el dialecto de la
casa, en el clima de la casa”.
El Papa explicó que lo
primero que se debe enseñar es a hacer bien la señal de la cruz porque hay
niños que no saben hacerla, y reiteró un comentario que ya ha hecho en otras
ocasiones sobre la importancia de amamantar a los bebés. “Y si lloran por
hambre, amamántelos. A las madres les digo: Amamanten a los niños, tranquilas,
el Señor quiere esto. Porque, ¿dónde está el peligro? En que ellos también
tienen una vocación polifónica: comienza a llorar uno y el otro hace el
contrapunto, y luego otros ¡y al final tenemos un coro de llanto!”, dijo el
Pontífice. Fuente: Aciprensa. Walter Sánchez Silva.