7 de julio de 2022

¿CUÁL ES LA IGLESIA QUE DESEA DIOS? Evangelio Jueves 7 de Julio 2022


¿CUÁL ES LA IGLESIA QUE DESEA DIOS?            
Evangelio Jueves 7 de julio 2022
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Dijo Jesús a sus apóstoles: Vayan y proclamen que el Reino de Dios está cerca. Curad enfermos, resucitad muertos, purificad leprosos, expulsad demonios. Gratis lo recibisteis; dadlo gratis. No os procuréis oro, ni plata, ni calderilla en vuestras fajas; ni alforja para el camino, ni dos túnicas, ni sandalias, ni bastón; porque el obrero merece su sustento. «En la ciudad o pueblo en que entréis, informaos de quién hay en él digno, y quedaos allí hasta que salgáis.” Mateo 10, 7-15.
 
            ¿Cuál es la Iglesia que desea Dios? La respuesta no se deja esperar. Una comunidad de discípulos misioneros que aprendan a vivir el valor de la pobreza, el desprendimiento, la entrega y la generosidad, para que anuncien en Reino del Padre celestial que está reservado a los humildes y sencillos de corazón.  El Papa Francisco plantea una Iglesia desde la pobreza para que pueda difundir el Reino. Eso implica decir que sin el valor de la pobreza no se puede hablar del Reino Para que este ideal se cumpla, es necesario distinguir entre la lógica del ser y la lógica del tener. (cfr. Mensaje para la XXIX Jornada Mundial de la Juventud 2014). Se supone que debería prevalecer la lógica del ser. Un discípulo del Maestro debe cuidarse de las tentaciones del tener y del poder. 
 
            El tener y el poder, han bloqueado cantidad de misiones y misioneros. Jesucristo rechaza el camino del poder y lo convierte en servicio. “No ha venido a ser servido sino a servir (Mateo 20, 28). Jesucristo no permite la tentación de sentirse por encima de los demás. “Quien desee ser el primero, que sea el último”. La Iglesia se edifica y se construye con la presencia de Jesús, su poder, sus milagros, su ser Palabra, su ser Eucaristía. La Iglesia que desea Jesucristo, es una Iglesia de pescadores. una Iglesia de hombres y mujeres que tenemos la misión de estar permanentemente lanzando la red, abriendo los espacios, estando muy atentos, disponiendo de buen tiempo.
 
Una Iglesia abierta a los signos de los tiempos, una Iglesia que escucha al mundo moderno. Tal como la imagina el Papa Francisco: “Me gustaría una Iglesia inquieta, siempre cercana a los abandonados, a los olvidados, a los imperfectos”. “Deseo una Iglesia alegre con rostro de madre, que comprenda, que acompañe, que acaricie”. “prefiero una Iglesia accidentada, herida y sucia por haber salido a la calle que una Iglesia enferma por estar cerrada por la comodidad de aferrarse a las propias seguridades”.  Una Iglesia de la periferia. Una Iglesia que tenga olor a oveja. (cfr. Discurso Catedral de Florencia, Italia, 10 de noviembre 2015). SI DESEAS ESCUCHAR EL AUDIO DE ESTA REFLEXIÓN HAZ CLICK AQUÍ https://youtu.be/FIGykzPRDSU