8 de agosto de 2023

DIOS DA SU GRACIA A LOS HUMILDES Evangelio miércoles 9 de agosto 2023


DIOS DA SU GRACIA A LOS HUMILDES
       
Evangelio miércoles 9 de agosto 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús se marchó y se retiró al país de Tiro y Sidón. Entonces una mujer cananea, saliendo de uno de aquellos lugares, se puso a gritarle: "Ten compasión de mí, Señor, Hijo de David. Mi hija tiene un demonio muy malo."  Él no le respondió nada. Entonces los discípulos se le acercaron a decirle: "Atiéndela, que vi ene detrás gritando."
 
 Él les contestó: "Sólo me han enviado a las ovejas descarriadas de Israel." Ella los alcanzó y se postró ante él, y le pidió: "Señor, socórreme." Él le contestó: "No está bien echar a los perros el pan de los hijos." Pero ella repuso: "Tienes razón, Señor; pero también los perros se comen las migajas que caen de la mesa de los amos." Jesús le respondió: "Mujer, qué grande es tu fe: que se cumpla lo que deseas." °°° Mateo 15, 21-28.  
 
            La fe siendo una virtud teologal, se combina perfectamente con la virtud de la humildad. Cuando una persona de fe entiende perfectamente el valor de la humildad, el resultado es un cristiano muy bueno, es alguien en la búsqueda de la perfección. El apóstol san Pablo evangeliza diciendo: “Todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio, todo eso tenedlo en cuenta” (Filipenses 4, 8). 
 
San Gregorio de Nisa decía: «El objetivo de una vida virtuosa consiste en llegar a ser semejante a Dios» (Catecismo Iglesia Católica, 1803). Una mujer Cananea logra el milagro que necesitaba, porque era una mujer de fe y supo contestar con humildad al Hijo de Dios, el bien que necesitaba.
 
            La humildad es nuestra segunda virtud. La teología enseña que la humildad es una virtud propia de quien ha desarrollado conciencia de sus propias limitaciones o debilidades y obra en consecuencia. Es muy cierto que la humildad modera el afán de la excelencia y nos lleva a ser lo que realmente somos.
 
La sapiencia bíblica enseña que donde hay humildad, hay sabiduría. (Proverbios 11, 2). La humildad es el camino más seguro para construir una buena espiritualidad. Dice el libro sagrado: Dios resiste a los soberbios y a los humildes da su gracia. (Santiago 4, 6). 
 
            «La Iglesia, nos decía Benedicto XVI, crece por atracción, por testimonio. Y cuando la gente, los pueblos ven este testimonio de humildad, de mansedumbre, de apacibilidad, sienten la necesidad» de la que habla «el profeta Zacarías: “¡Queremos ir con vosotros!”. (cfr. Homilía, Papa Francisco, 1 de octubre 2013).
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https://youtu.be/Gb28QeENFFc