“Es el arte
de utilizar correctamente nuestros bienes,
evitando
que la debilidad supedite a la voluntad”.
Orientador:
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué. Año 2023.
¿En qué consiste la virtud del
desprendimiento?
Cuando
alguien quiere llegar a ser una persona virtuosa, debe empezar por tener
hábitos positivos.
En la
medida y en la proporción en que una persona se libera de los mundano, de sus
apegos, de cosas inútiles, de palabras sin sentido, se hace más presente el
Reino de Dios en esa persona.
San Francisco de Asís es un buen ejemplo de
aquella persona que
logró encontrar a Dios gracias a su desprendimiento de los asuntos de este
mundo: Descubrió el valor de cuanto lo rodeaba como creación de Dios. Veía en
todas las personas la semejanza de Dios.
La
Escritura recomienda que la persona debe primero a gobernarse a sí misma, a
tomar determinaciones, para que pueda asumir los asuntos de Dios. (cfr. 1
Timoteo 3, 5). Cuando alguien elige el tesoro del Reino de Dios, debe estar muy
seguro del pasó que asumió: Le sirves a Dios, o a quién deseas servirle. (cfr.
Josué 24, 15).
Cada
persona debe elegir lo que desea. Dios ofrece las siguientes ayudas: “Te
quedas con el Reino de Dios y el resto vendrá por añadidura” (Lucas 12, 31).
“Encomienda tus obras a Dios, y tu vida se afianzará” (Proverbios 16, 3). “La
fe no debe descansar en la sabiduría humana sino en el poder de Dios” (1
Corintios 2, 5).
El
desprendimiento es una virtud clave para vivir el Reino de Dios. La persona
pone más su confianza en Dios y menos en los asuntos de este mundo. Por
ejemplo: vende lo que tiene, por obtener el Reino. (cfr. Mateo 13, 44-46).
Confiamos no en nuestras potencialidades sino en el amor de Dios.
La
fe de Abraham es un buen prototipo ejemplar para aprender el desprendimiento
de los asuntos de este mundo, para dedicarse ampliamente a las cosas de Dios.
Nuestro padre en la fe, se distingue por su fidelidad, por su perseverancia,
por aquella persona que supo hacer la voluntad de Dios. Abandonó tierra y
patria. (cfr. Génesis 12, 1-2).
Pensemos en las siguientes
motivaciones:
Vocación cristiana y misión se convierten en
sinónimo de desprendimiento ante la Buena Nueva de Jesús de Nazaret. El apostolado se hace fecundo
cuando hacemos la voluntad de Aquel que lo instituyó. Dice el Maestro “Ven y
sígueme”.
La pobreza es sinónimo de desprendimiento, de
humildad, de servicio,
de entrega, de apertura al Espíritu de Dios. No todos asimilamos el valor de la
pobreza, algunos hacen de la pobreza un estandarte de lamentación y medio de
vida; otros sobreestiman la pobreza por contradicción a la riqueza.
Quien logra un buen desprendimiento y un buen
uso de los asuntos de este mundo, será un excelente discípulo y mensajero de
Dios. La Cruz es un
buen signo para poder entender la vocación a la que están llamadas todas aquellas
personas que se sienten inclinadas por la obra evangelizadora.
Cuando una
persona es desprendida de las cosas de este mundo, su misión es más amplia,
tiene más tiempo para los demás, produce mucho para el Reino de los cielos.
El Papa Francisco advierte que el
desprendimiento de las cosas mundanas, ayudan a contemplar a Jesús, a escuchar
su Palabra, a hacer
la voluntad de Dios. (cfr. Homilía, 7 de agosto, 2017). En la medida y en la
proporción en que una persona se libera de los mundano, de sus apegos, de cosas
inútiles, de palabras sin sentido, se hace más presente el Reino de Dios en esa
persona.
Donde está
nuestro tesoro, allí está nuestro corazón: Mateo 6, 21
Nadie puede
servir a dos señores. No podéis servir a Dios y a las riquezas: Mateo 6, 24.
no andéis
buscando qué comer ni qué beber, y no estéis inquietos. Que por todas esas
cosas s e afanan los gentiles del mundo; y ya sabe vuestro Padre que tenéis la
necesidad de eso. Buscad más bien su Reino, y esas cosas se os darán por
añadidura. Lucas 12, 29-31.
Vended
vuestros bienes y dad limosna. Haceos bolsas que no se deterioran, un tesoro
inagotable en los cielos, donde no llega el ladrón, ni la polilla. Lucas 12, 33
Cada uno dé
según lo que decidió personalmente, y no de mala gana o a la fuerza, pues Dios
ama al que da con corazón alegre. II Corintios 9, 7
PARA VIVIR BIEN LA VOCACIÓN CRISTIANA
“El utilizar los bienes materiales como un
medio para el desarrollo personal y el bien social, aumenta nuestra
capacidad de amar a Dios, a las personas y a todas las cosas nobles de este
mundo”
“El desprendimiento de las riquezas es
la “condición para iniciar el camino del discipulado” y que para poder realizar
este desprendimiento es necesario tener “un corazón pobreza”.
“Si quieres seguir al Señor, elige el camino
de la pobreza, y si tienes riquezas porque el Señor te las ha dado, para
servir a los demás, despégate de ellas en tu corazón”.
“La codicia es una enfermedad que destruye a
las personas. porque el hambre de posesiones es adictiva. Especialmente los
que tienen mucho nunca están satisfechos: siempre quieren más, y sólo para
ellos mismos.”
“¿Cómo es
mi desprendimiento de las posesiones, de las riquezas? ¿Me quejo de lo que me
falta o me conformo con lo que tengo? ¿Estoy tentado, en nombre del dinero y
las oportunidades, a sacrificar las relaciones y el tiempo por los demás?”
“Tengamos
cuidado, Jesús “no dice Dios y el diablo, o el bien y el mal, sino Dios y las
riquezas (cfr. Lucas 16, 13). Servirse de las riquezas sí; servir a la riqueza
no: es idolatría, es ofender a Dios".
“Dios es el más rico de todos: es rico en
compasión, en misericordia. Su riqueza no empobrece a nadie, no crea peleas
ni divisiones". (cfr. Ángelus 31 de julio, 2022).
Piensa en
las siguientes proposiciones °°°
Analiza el siguiente texto bíblico y
saca tus propias conclusiones
“Dijo Jesús
a la gente: "El reino de los cielos se parece a un tesoro escondido en el
campo: el que lo encuentra, lo vuelve a esconder y, lleno de alegría, va a
vender todo lo que tiene y compra el campo. El reino de los cielos se parece
también a un comerciante en perlas finas, que, al encontrar una de gran valor,
se va a vender todo lo que tiene y la compra." Mateo 13, 44-46.
Jesucristo es el mejor ejemplo del
desprendimiento.
Lee, Ora y Reflexiona el siguiente texto
bíblico.
Cristo, a
pesar de su condición divina,
no hizo
alarde de su categoría de Dios;
al
contrario, se despojó de su rango
y tomó la
condición de esclavo,
pasando por
uno de tantos.
Y así,
actuando como un hombre cualquiera,
se rebajó
hasta someterse incluso a la muerte,
y una
muerte de cruz.
Por eso
Dios lo levantó, sobre todo
y le
concedió el «Nombre-sobre-todo-nombre»;
de modo que
al nombre de Jesús toda rodilla se doble
en el
cielo, en la tierra, en el abismo,
y toda
lengua proclame:
Jesucristo
es Señor, para gloria de Dios Padre.
(Filipenses 2, 6-11)
¿Qué
piensas de la siguiente frase del Papa Benedicto XVI
Anota tus
conclusiones
“Penetrar en los sentimientos de Jesús
quiere decir no considerar el poder, la riqueza, el prestigio como los valores
supremos de nuestra vida, pues en el fondo no responden a la sed más
profunda de nuestro espíritu, sino abrir nuestro corazón al Otro, llevar con el
Otro el peso de nuestra vida y abrirnos al Padre de los Cielos con sentido de
obediencia y confianza, sabiendo que precisamente, si somos obedientes al
Padre, seremos libres. Penetrar en los sentimientos de Jesús: éste debería ser
el ejercicio cotidiano de la vida como cristianos.