QUIEN ES FIEL CUMPLE LA MISIÓN QUE LE ENCOMIENDEN
Evangelio viernes 11 de agosto 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Dijo Jesús a sus discípulos: "El que quiera venirse conmigo, que se niegue a sí mismo, que cargue con su cruz y me siga. Si uno quiere salvar su vida, la perderá; pero el que la pierda por mí la encontrará. ¿De qué le sirve a un hombre ganar el mundo entero, si arruina su vida? ¿O qué podrá dar para recobrarla?
Porque el Hijo del Hombre vendrá entre sus ángeles, con la gloria de su Padre, y entonces pagará a cada uno según su conducta. Os aseguro que algunos de los aquí presentes no morirán sin antes haber visto llegar al Hijo del Hombre con majestad." Mateo 16, 24-28.
La fidelidad juega un valor sustancial en el seguimiento del Maestro de Nazareth. Quien se acostumbra a ser fiel en su vida de fe, asume fácilmente la Cruz diaria de los tropiezos y las dificultades. Dedica su vida a servirle a Dios. Guarda una buena conducta en sus comportamientos en la sociedad y en la misma Iglesia.
El Salmo 146 de la Sagrada Escritura advierte que Dios mantiene su fidelidad perpetuamente, hace justicia a los oprimidos, da pan a los hambrientos. Liberta a los cautivos. Abre los ojos al ciego, endereza a los que ya se doblan, ama a los justos, guarda a los peregrinos.
Desde un principio de la historia Dios se ha conservado fiel, se mantiene fiel, e incluso sostiene su fidelidad a pesar de que el ser humano lo abandone, le sea infiel o lo traicione. Dice el libro sagrado: “Si fuéramos infieles, Él permanece fiel, no puede negarse a sí mismo.” (II Timoteo 2, 13).
La fidelidad a Dios se mide por el amor a los demás. Por la práctica de la caridad y la misericordia. Por la práctica de los mandamientos. Por llevar una vida sacramental. Por representar a Dios ante la sociedad con una alta dignidad, siendo muy fiel a Él. La Virgen María sostuvo su fidelidad a Dios hasta el último momento, su gran secreto fue: “Hágase en mí según tu Palabra”. (cfr. Lucas 1, 38).
San Juan Pablo II enseñaba que: “Para la persona humana la fidelidad a Dios es garantía de fidelidad a sí mismo y, de esta manera, de plena realización del propio proyecto de vida. (cfr. Reflexión 1 de octubre 1998).
El Papa Francisco afirma que “Nuestra fidelidad, es la respuesta a la fidelidad de Dios”. Dios que es fiel a su palabra, que es fiel a su promesa, que camina con su pueblo llevando a cabo la promesa al lado de su pueblo. Dios, que continuamente se hace sentir como el Salvador del pueblo porque es fiel a la promesa.
La fidelidad de Dios es una fidelidad paciente: tiene paciencia con su pueblo, lo escucha, lo guía, le explica lentamente y calienta su corazón, como lo hizo con estos dos discípulos que se alejaban de Jerusalén: conforta sus corazones para que vuelvan a casa (cfr. Lucas 24, 32-33). Dios es fiel y buscó a Pedro que lo negó. (cfr. Homilía, 15 de abril, 2020).
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https://youtu.be/DyIlwt2fxaU