QUIEN ES SABIO ADMINISTRA MUY BIEN SU VIDA Evangelio jueves 31 de agosto 2023
QUIEN ES SABIO, ADMINISTRA
MUY BIEN SU VIDA
Evangelio jueves 31 de
agosto 2023
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús les dijo: “Así pues, velad,
porque no sabéis el día que llegará vuestro Señor. Y sabéis que, si el amo de
casa supiera a qué hora de la noche va a llegar el ladrón, estaría velando para
que su casa no fuese asaltada. Por tanto, estad preparados, porque este Hombre
llegará cuando menos penséis.
¿Quién es el criado fiel y prudente,
encargado por su amo de repartir a sus horas la comida a los de casa? Dichoso
el criado a quien su amo, al llegar, lo encuentre trabajando así. Os aseguro
que le encomendará todas sus posesiones.” °°° Mateo 24, 42-51
¿Cómo podemos administrar correctamente
nuestra fe, nuestra vida espiritual, nuestro compromiso con Dios? La
respuesta la tiene la Palabra del Maestro. Se trata de permanecer en vela, de
estar atentos, vigilantes a las circunstancias de la vida, viviendo como le
agrada a Dios. Un buen administrador es alguien que se acostumbra a ser una persona fiel y prudente.
Una persona fiel, porque se deja guiar
por el Espíritu de la Palabra de su Señor, sigue los consejos del Salvador,
medita muy bien la Palabra de Dios. Una persona prudente, está preparada para
lo que pueda suceder en la vida. Cumple con sus obligaciones diariamente, está
disponible para cuando el dueño de la vida lo llame a hacer parte de su Reino.
El Papa Francisco nos regala una buena
cantidad de propuestas para esa virtud que debe cultivar una persona sabia que
desea hacer la voluntad de Dios en este mundo. La virtud es aprender a ser
una persona vigilante, atenta, disponible, estar en vela diría el libro
sagrado. Dice el santo Padre: Estemos alerta para que la muerte nos sorprenda preparados y así evitar el fracaso
definitivo de la vida. Estemos alerta para acumular
méritos para entrar en el Reino de la vida.
Estemos alerta y
bien despiertos para recibir la llamada
definitiva. Estemos alerta y procuremos tener las cuentas claras de nuestra vida interior y presentarnos
con la conciencia limpia ante nuestro Dios. Estemos alerta recordando que estamos a tiempo de cambiar
sabiendo que nunca es demasiado tarde mientras tengas vida. Estemos alerta a la
llamada de Dios para seguirla sin condiciones estando bien atentos para
responder: Estamos aquí, Señor.
El
llanto y crujir de dientes no es para nosotros, los que
intentamos seguir a Cristo incondicionalmente. Si procuramos estar bien
despiertos, con el corazón limpio y la mente dispuesta para seguir al Señor, no
vamos a temer ni el sufrimiento ni la muerte, pues estamos destinados a la VIDA
eterna.
La vigilancia permanente se consigue con la práctica constante de la
oración y con el examen de conciencia. La fuerza nos la dan el Espirita Santo,
la Eucaristía, la lectura y meditación de la Palabra. (cfr. Ángelus, 15 de
noviembre del 2015).
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https://youtu.be/65rE-_lY1eI