UN BUEN DISCÍPULO PERMANECE UNIDO A SU MAESTRO
Evangelio viernes 9 de mayo 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Discutían entre
sí los judíos y decían: ¿Cómo puede éste darnos a comer su carne? Jesús les
dijo: En verdad, en verdad os digo: si no coméis la carne del Hijo del hombre,
y no bebéis su sangre, no tenéis vida en vosotros.
El que come mi carne y bebe
mi sangre, tiene vida eterna, y yo le resucitaré el último día. Porque mi carne
es verdadera comida y mi sangre verdadera bebida.El que come mi carne y bebe mi sangre, permanece en mí, y yo en él. Lo
mismo que el Padre, que vive, me ha enviado y yo vivo por el Padre, también el
que me coma vivirá por mí. Este es el pan bajado del cielo; no como el que
comieron vuestros padres, y murieron; el que coma este pan vivirá para siempre.
Esto lo dijo enseñando en la sinagoga, en Cafarnaúm.” Juan 6, 52-59.
Cuando logramos entender a Dios
desde la Eucaristía. Un Jesucristo que es verdadero Dios, verdadero hombre,
verdadera comida y verdadera bebida. Llegamos a la conclusión que a Dios se
le venera y se le sigue desde la caridad y el amor fraterno. Quien se
alimenta de la Eucaristía se convierte en un discípulo de la misericordia
divina. No tendría sentido comer su carne y beber su sangre y tener actitudes
contrarias en la fe. El Maestro enseña: “El que come mi carne y bebe mi sangre,
permanece en mí, y yo en él.” (Juan 6, 56)
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https://youtu.be/1mgkTiVlcEE