Evangelio domingo 4 de mayo 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez.
Arquidiócesis de Ibagué
“Se manifestó
Jesús otra vez a los discípulos a orillas del mar de Tiberíades. Se manifestó
de esta manera. Estaban juntos Simón Pedro, Tomás, llamado el Mellizo,
Natanael, el de Caná de Galilea, los de Zebedeo y otros dos de sus discípulos.
Simón Pedro les dice: «Voy a pescar». Le contestan ellos: «También nosotros
vamos contigo».
Fueron y subieron a la barca, pero aquella noche no pescaron nada. Cuando
ya amaneció, estaba Jesús en la orilla; pero los discípulos no sabían que era
Jesús. Les dijo Jesús: «Muchachos, ¿no tenéis pescado?» Le contestaron: «No».
Él les dijo: «Lancen la red a la derecha de la barca y encontraréis». La lanzaron,
pues, y ya no podían arrastrarla por la abundancia de peces. El discípulo a
quien Jesús amaba dice entonces a Pedro: «Es el Señor», se puso el vestido -
pues estaba desnudo - y se lanzó al mar. Los demás discípulos vinieron en la
barca, arrastrando la red con los peces; pues no distaban mucho de tierra.” °°°
Juan 21, 1-19.
El Maestro de Nazareth nos pide
que confiemos plenamente en Él, que vayamos con alegría a anunciar su Palabra
de salvación, que demos testimonio de lo que anunciamos. Que respaldemos con
nuestra vida el mensaje de la Buena Nueva. Lancen la red, es para quien confía
en el poder de Dios.
Cumplir con el mandato de
anunciar el Evangelio tiene sus principios. El fundamental es darle la
Palabra a Cristo, en ningún momento sentirse por encima del mensaje, ni por
encima de la comunidad. Al contrario, quien anuncia es el modelo del humilde y
sencillo que se vale de la sabiduría divina para poder enseñar.
El apóstol san
Pablo dio un excelente ejemplo de este primer principio. Por ejemplo: Él se
sintió escogido para anunciar el Evangelio en nombre de Cristo. (Romanos 1, 1).
Jesucristo lo envió a anunciar su Palabra desde la sencillez y no desde la
soberbia humana. (1 Corintios 1, 17).
Un cristiano debe ser una persona
que irradie mucha energía a los demás, alguien de testimonio, un creyente que
convence con la fuerza de su corazón, con la amplitud de sus sentimientos,
con la nobleza de sus ideas.
El Papa Francisco nos recuerda:
“estamos llamados a anunciar al Resucitado con la vida y mediante el amor;
si no es así seremos un organismo internacional con un gran número de
seguidores y buenas normas, pero incapaz de apagar la sed de esperanza que
tiene el mundo.” (cfr. Homilía, 26 de marzo, 2016). El Espíritu Santo es el
mejor regalo para anunciar el Evangelio.
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