MANSEDUMBRE, BONDAD Y TERNURA EN UN BUEN PASTOR Evangelio domingo 11 de mayo 2025
MODELO EXCELENTE DE PASTOR
Evangelio domingo 11 de mayo 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Dijo Jesús: Mis
ovejas escuchan mi voz; yo las conozco y ellas mi siguen. Yo les doy vida
eterna y no perecerán jamás, y nadie las arrebatará de mi mano.El Padre, que me
las ha dado, es más grande que todos, y nadie puede arrebatar nada de la mano
del Padre. Yo y el Padre somos uno.” Juan 10, 27-30.
Jesucristo es el modelo perfecto
de un pastor. Una serie de virtudes definen a un buen pastor: ama
inmensamente a sus ovejas. Se preocupa por sus ovejas. Conoce a sus ovejas.
Tiene tiempo para sus ovejas. Cuida de sus ovejas. Defiende a sus ovejas.
Piensa más en las ovejas que en sí mismo. Les ofrece vida eterna a sus ovejas.
Un buen pastor goza de la
mansedumbre y de la ternura para vivir con comunión con todos los hijos de
Dios. Así lo enseña el Papa Francisco: “El estilo de Jesús debe ser el estilo
del pastor, no hay otro. °°° Era manso. Uno de los signos del buen Pastor es la
mansedumbre. El buen pastor es manso.
Un pastor que no es manso no es un buen pastor. Tiene algo escondido,
porque la mansedumbre se muestra tal cual es, sin defenderse. el pastor es
tierno, tiene esa ternura de la cercanía, conoce a las ovejas una a una por su
nombre y cuida de cada una como si fuera la única. (cfr. Homilía, 3 de mayo, 2020).
Un buen pastor guarda dos
connotaciones: Es fiel a su Maestro y ejemplo para la comunidad. Es fiel a
su Maestro, siempre da la vida por sus ovejas, las cuida, las alimenta, las
orienta, tiene tiempo disponible para las personas. El buen pastor es ejemplo
para las demás personas. Cumple con el requisito de su Señor: “No abandona las
ovejas”. No las descuida, es ese modelo de pastor que educa muy bien con sus
buenas maneras, sus buenos modales, sus nobles sentimientos, su capacidad
de servicio, su caridad, su sentido común y su sentido altruista.
El Papa Benedicto XVI nos enseñaba: el
único camino para subir legítimamente hacia el ministerio de pastor es la cruz.
Esta es la verdadera subida, esta es la verdadera puerta. No desear llegar a
ser alguien, sino, por el contrario, ser para los demás, para Cristo, y así,
mediante él y con él, ser para los hombres que él busca, que él quiere conducir
por el camino de la vida.
San Pedro, a
quien el Señor resucitado había confiado la misión de apacentar a sus ovejas,
de convertirse en pastor con él y por él, llama a Jesús el Mayoral, el Pastor
supremo (cf. 1 Pedro 5, 4) (cfr. Homilía 7 de mayo, 2006).
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https://youtu.be/nfTW-XZaXmA