19 de octubre de 2025

LA AVARICIA ES UN PECADO SUTIL Evangelio lunes 20 de octubre 2025


LA AVARICIA ES UN PECADO SUTIL
     
Evangelio lunes 20 de octubre 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Uno de la multitud dijo a Jesús: «Maestro, dile a mi hermano que comparta conmigo la herencia». Jesús le respondió: «Amigo, ¿quién me ha constituido juez o árbitro entre ustedes?». Después les dijo: «Cuídense de toda avaricia, porque aún en medio de la abundancia, la vida de un hombre no está asegurada por sus riquezas».
 
Les dijo entonces una parábola: «Había un hombre rico, cuyas tierras habían producido mucho, y se preguntaba a sí mismo: “¿Qué voy a hacer? No tengo dónde guardar mi cosecha”. Después pensó: “Voy a hacer esto: demoleré mis graneros, construiré otros más grandes y amontonaré allí todo mi trigo y mis bienes, y diré a mi alma: Alma mía, tienes bienes almacenados para muchos años; descansa, come, bebe y date buena vida”.
 
Pero Dios le dijo: “Insensato, esta misma noche vas a morir. ¿Y para quién será lo que has amontonado?”. Esto es lo que sucede al que acumula riquezas para sí, y no es rico a los ojos de Dios». Lucas 12, 13-21
 
            La Avaricia es un pecado capital y dicho mal es fundamentos de muchos males en la vida de una persona. El apóstol san Pablo Advertía a su discípulo Timoteo: “El amor al dinero es la raíz de todos los males” “Algunos, arrastrados por él, se extraviaron lejos de la fe y se han torturado a sí mismos con un sinnúmero de tormentos.
 
Pero tú, hombre de Dios, huye de todo eso. Procura ser religioso y justo. Vive con fe y amor, constancia y bondad." (1 Timoteo 6, 10-11). Santo Tomás de Aquino enseñaba que la Avaricia es pecado capital porque las riquezas dan la gran promesa de la autosuficiencia en un ser humano. La Escritura nos recuerda: “El dinero lo responde todo” (Eclesiástico 10, 19).
 
            La Avaricia nos aparta de Dios y permite que una persona excluya a los demás, al fin y al cabo ya tiene lo suficiente, para qué necesita a los demás. Santo Tomás advertía: “La Avaricia da lugar a la insensibilidad, a no tener misericordia con los necesitados”.
 
El Papa Francisco enseña que una persona que tenga el corazón mundano, centrado en la riqueza, en el poder, en la avaricia, nunca podrá entender y sentir las necesidades de los demás. “Con el corazón mundano no se puede entender la necesidad y lo que hace falta a los demás. Con el corazón mundano se puede ir a la iglesia, se puede rezar, se pueden hacer tantas cosas.
 
Pero Jesús, en la Última Cena, en la oración al Padre, ¿Qué ha rezado? 'Pero, por favor, Padre, custodia a estos discípulos para que no caigan en el mundo, que no caigan en la mundanidad'. Es un pecado sutil, es más que un pecado: es un estado pecador del alma.” (cfr. Homilía, 5 de marzo de 2015).
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https://youtu.be/_C6TZMG0Xr8