PERSEVERANCIA Y FIDELIDAD EN LA ORACIÓN
Evangelio domingo 19 de octubre 2025
Padre, Jairo Yate Ramírez. Arquidiócesis de Ibagué
“Jesús enseñó con una parábola que era necesario orar siempre sin desanimarse: “En una ciudad había un juez que no temía a Dios ni le importaban los hombres; y en la misma ciudad vivía una viuda que recurría a él, diciéndole: «Te ruego que me hagas justicia contra mi adversario».
Durante mucho tiempo el juez se negó, pero después dijo: «Yo no temo a Dios
ni me importan los hombres, pero como esta viuda me molesta, le haré justicia
para que no venga continuamente a fastidiarme»”.
Y el Señor dijo: “Oigan lo que dijo este juez injusto. Y Dios, ¿no hará
justicia a sus elegidos, que claman a Él día y noche, aunque los haga esperar?
Les aseguro que en un abrir y cerrar de ojos les hará justicia.Pero cuando venga el Hijo del hombre, ¿encontrará fe sobre la tierra?” Lucas 18, 1-8
Para que la oración sea
provechosa y funcional en la vida humana se requiere: Primero, debe ser humilde:
“El que se humilla será ensalzado.” (Lucas 18, 14). Segundo, debe ser confiada:
“Todo cuanto pidan ya lo han recibido.” (Marcos 11, 24). Tercero, debe ser
sincera: “Cuando oren, no usen muchas palabras como los gentiles.” (Mateo 6,
7). Cuarto, debe ser perseverante: “Dios hace justicia, a quien clama día y
noche.” (Lucas 18,1). El Catecismo de la Iglesia Católica recomienda la
oración en todo momento y en toda circunstancia. (cfr. Numeral 2779).
En la oración no puede faltar la
virtud de la perseverancia. Cuando una persona es perseverante lleva adelante
su proyecto de vida, nunca desfallece, siempre se le ocurre nuevas ideas,
permanece en su plan de trabajo. Su esfuerzo es continuo, supera los
obstáculos. Lucha hasta el final. La perseverancia nos permite crecer en la
fe y estar muy cercano a Dios.
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https://youtu.be/bqDkT_ZDjiA